Joaquín Antonio Balaguer Ricardo

Nació el 1 de septiembre de 1906 en Villa Bisonó antiguo Navarrete, Municipio de Santiago de los Caballeros.   Hijo de Joaquín Balaguer Lespier de origen catalán y Carmen Celia Ricardo, oriunda de Puerto Plata.

En sus memorias de un cortesano de la Era de Trujillo, el Dr. Joaquín Balaguer expresa:

“El autor de esas páginas, escritas al borde del sepulcro, nació el 1ro. de septiembre de 1906, en Navarrete, entonces una aldea situada a 22 kilómetros de la ciudad de Santiago. Sobre la fecha de 1906, han existido siempre contradicciones en la familia. Lidia mi hermana mayor, quien llevaba un libro de notas en que registraba los acontecimientos familiares importantes, sitúa el nacimiento en 1907, y atribuye el supuesto error a que la declaración en oficialía civil fue hecha seis años después por mi padrino, Don Ulises Franco Bidó.”

En la obra citada se trascribe un acta de nacimiento, de Joaquín Balaguer, en la que se anota el 10 de septiembre de 1906 como la fecha de nacimiento, a las ocho de la noche.

El matrimonio Balaguer Ricardo se instaló en Navarrete donde Balaguer Lespier, desarrolló un próspero negocio de exportación de madera y café. Allí transcurrieron las “horas doradas” de la inquieta niñez de Joaquín Antonio, mas dado a las correrías por los predios cercanos que a los estudios, razón por la cual su padre tomo la decisión de internarlo en el colegio dirigido por el reputado profesor, Don José Debeau, en Puerto Plata, desde donde se escapó, a pesar de su pequeña edad, y la distancia que lo separaba de su casa paterna.

En sus citadas memorias, el Dr. Balaguer recuerda de sus horas doradas el caballo que le regalo su padre, así como también el pequeño obsequio de un rifle de balitas W. Confiesa, así mismo que creció montado sobre el lomo de un caballo.  Desde el amanecer abandona el hogar para dirigirse al rio y luego recorrer la pequeña hacienda de su padre en La Atravesada.  Regresaba, alrededor del mediodía, con las árganas del caballo preferido llenas de mangos y de otros frutos.  De su padre, por el que sintió una gran admiración, heredo el amor al campo y a los animales. Similar devoción sintió por doña “Cele” apodo familiar de su madre.

Luego de su escapada del colegio de Puerto Plata, retorno a la escuela de su aldea natal, donde completo los primeros niveles de la educación primaria hasta que los trastornos económicos que siguieron a la primera guerra mundial afectaron sensiblemente el comercio de exportación de su padre, dirigido principalmente hacia Alemania, la nación perdedora de ese conflicto bélico. Por los cambios producidos en su estabilidad económica, la familia Balaguer Ricardo se trasladó a Santiago donde se perfilo la vida escolar del maroteador, Joaquín Antonio; pero su familia también debió afrentar la reclusión, por cuestiones de salud de don Joaquín Balaguer Lespier. Entonces se vio obligada a disponer de los inmuebles que poseían en la referida ciudad hasta quedar en condiciones económicas muy precarias, mientras Joaquín Antonio ingresaba a la escuela Paraguay, dirigida por el profesor Tomas Lithgow.        En este centro concluyo su educación básica en 1920, lo que le permitió ingresar a la escuela normal teórica, conducida por Ricardo Ramírez.

En este centro conoció a Doña Rosa Smester, profesora excepcional, por lo que el alumno relata de ella,  y quien ejerció gran influencia en su formación intelectual según consta en las aludidas memorias.       Ella fue, según sus propias palabras, la persona que le dio a conocer a los grandes escritores de la época: Rubén Darío; José Enrique Rodo, Juan Montalvo, José Martí, el orador más “impresionante” que hasta entonces había leído, y a quien considero como su principal modelo intelectual, destacando de él su discurso sobre Simón Bolívar.

También asistía el joven Joaquín Antonio Balaguer Ricardo a las reuniones que un grupo de jóvenes que, como el, se iniciaban en el cultivo de letras, reuniones que se celebraban en la parte alta del ayuntamiento de Santiago, ciudad que según él comenta se había convertido en uno de los centros culturales más importantes del país.

En 1924, el joven Joaquín Antonio Balaguer Ricardo termino el bachillerato en filosofía y letras y se inscribió en la facultad de derecho de la Universidad de Santo Domingo, en condición de estudiante libre, pues por razones económicas tuvo que compartir sus estudios con el ejercicio del periodismo en el diario La Información.

La pasión por la literatura y la oratoria se revelaron en Balaguer a muy temprana edad, pues cuando obtuvo el título de bachiller en 1924, ya había publicado tres libros de versos: Claro de luna 1922; Salmos Paganos 1923, y Tebaida lirica 1924.

En la Universidad de Santo Domingo recibió en 1929 el título de Lic. En Derecho, profesión que ejerció escasamente desde la oficina del Lic. Jafet D. Hernández, y en uno o dos casos como postulante.

En el periódico La Información de Santiago sirvió como articulista, editorialista y finalmente como director.    Sus artículos en ese periódico han sido recogidos con el título: el Balaguer joven (2006), por el Doctor Fernando Pérez Menen.   Igualmente, el Doctor Julio Jaime Julia, edito otra compilación con el título: Primeros Escritos de Joaquín Balaguer (2002).     En ambos libros se percibe el nivel cultural que a los 20 años ya exhibía el joven Joaquín Balaguer, tanto en el ámbito de la literatura clásica y moderna, como en la oratoria.    Donde por su elocuencia y singular memoria el Listín Diario le confirió el elogioso calificativo del “castelar dominicano”.

Su labor periodística y literaria la compartía con las figuras más calificadas de la Campaña Nacionalista que en la década del 20 promovían en Santiago, entre otros personajes: Ercilia Pepín y el Lic. Rafael Estrella Ureña, quien puede considerarse su orientador político, como Rosa Smester fue su guía literaria.   Así fue como a temprana edad paso de la abogacía a la política, transito que perduro en el asta su muerte.     Puede decirse que el nobel abogado y activo periodista se incorporó a las actividades políticas que ejercerá por más de seis décadas: como diplomático y funcionario público, hasta alcanzar la Presidencia de la Republica.

Aupado por el orador político, Rafael Estrella Ureña, el ya Lic. Joaquín Antonio Balaguer Ricardo, formo parte del movimiento cívico, que acelero el derrocamiento del presidente Horacio Vásquez, y que le abrió las puertas al brigadier Rafael Leónidas Trujillo, quien asumió el poder el 16 de Agosto del 1930, y Estrella Ureña fue nombrado Vicepresidente, por poco tiempo, pues pronto surgieron las diferencias entre ambos gobernantes.

Balaguer fue designado primer Secretario de la Delegación de la Republica en España (1932-1935), posición que aprovecho para ampliar sus conocimientos acerca de las letras hispánicas y realizar estudios de economía y derecho en Paris.

Puede consignarse que Trujillo casado con una pariente cercana, doña Bienvenida Ricardo, muy pronto capto las habilidades e inteligencia del joven profesional, y no tardo  en colocarlo entre los integrantes de su equipo de gobierno, designándolo consecutivamente en distintas posiciones, dentro y fuera del país.   Además de la citada misión diplomática en España fue Subsecretario de Estado de Relaciones Exteriores (1937); catedrático de la facultad de derecho de la universidad de Santo Domingo (1938); enviado extraordinario y plenipotenciario en Colombia y Venezuela, (1940); embajador consejero de la Secretaria de Estado de Relaciones Exteriores, (1944); enviado especial y ministro plenipotenciario en Honduras, (1947); Secretario de Estado de  Educación, (1945 y 1953).

En su condición de Secretario de Estado de Educación, el Dr. Joaquín Balaguer  dinamizo el sistema educativo Dominicano e instauro el Plan Bienal de construcción.    Igualmente emprendió una amplia labor de difusión cultural, como la Feria del Libro; 1951 y la Biblioteca Dominicana, en la que aparecieron importantes obras de autores nacionales.

Fue, además Secretario de Relaciones Exteriores, (1953); Vicepresidente de la Republica, (1957) y Presidente, (1960).

En el ejercicio de esta fusión lo sorprendió el tiranicidio del 1961, hecho este que puso a prueba su capacidad política y su talento, pues con la misma prudencia y pericia como se había manejado durante el largo periodo de la tiranía, supo campear el vendaval, además, el desbordamiento de las pasiones contenidas durante tres décadas de absolutismo político.    Entonces, el Dr. Joaquín Balaguer en medio de la tormenta que provoco la caída de la tiranía asumió con valor y tacto, la responsabilidad de la historia ponía en sus manos, evitando así lo que parecía inevitable: una confrontación de consecuencias impredecibles; solo un convincente sentido de equidad y justicia podía evitar una tragedia que preludiaba la liquidación del pasado, con una prudente apertura hacia un futuro democrático y de justicia social.

En efecto, una de las medidas que en esa dirección adopto el Dr. Joaquín Balaguer fue la incautación de los bienes acumulados  por los jerarcas de la dictadura para favorecer a grandes núcleos de la población.     Entonces nacieron los triciclos que aun hoy nos sirven de herramienta para búsqueda del sustento diario de miles de dominicanos.     Fue esta una de las novedades de asistencia social que en ese turbulento periodo se pusieron en práctica, con lo cual se introducía una nueva visión en la administración del Estado.

Vale destacar, asimismo, que el proceso de democratización del Estado Dominicano se patentizo en el memorable discurso pronunciado por el Dr. Joaquín Balaguer, el 2 de Octubre de 1961, en las Naciones Unidas. Tal vez su acción más arriesgada y trascendental realizada en el curso de ese conflictivo periodo de nuestra historia pues se anunciaba al mundo el cambio experimentado en la política dominicana, cuando aún la estructura del tambaleante régimen conservaba su capacidad represiva.

A través de este discurso, que aún no ha sido  valorado en toda su dimensión, el pueblo dominicano reivindicaba su derecho a ser reconocido como un pueblo amante de la paz y respetuoso de los principios democráticos que sustentaban las naciones reunidas en ese foro mundial.

En este memorable discurso se denunciaba, por primera vez, en un foro mundial, el fin de la dictadura que había sojuzgado al pueblo dominicano, el doctor Joaquín Balaguer expreso, con riesgo de su propia vida:

“La barrera de hierro que circunda la isla, y através de la cual podía a penas filtrarse la opinión independiente, ha sido abolida, y el derecho a la libre circulación ha sido restablecido para tres millones de hombres y mujeres que se hallaban prácticamente sustraídos de todo contacto con el comercio político internacional y con la civilización humana”.

Pocos son hoy los que valoran este discurso pronunciado en tan especiales circunstancias.     El caso es que el osado político regreso al país, a pesar de los indicios de agresión física por parte de algunos de los remanentes de la dictadura porque entendían que él los había traicionado y cuya salida pedía la oposición.   Entonces, consciente de que en el país se podía producir en cualquier momento un baño de sangre, acelero las conversaciones tendentes a lograr lo más rápido posible la salida de todos los familiares de Trujillo, así como los servidores del régimen sindicados como responsables de delitos de lesa humanidad.    Hecho este que se produjo, luego de largas conversaciones, el 20 de noviembre de 1961.

Tras haberse logrado la salida de la familia Trujillo, la oposición considero que el Doctor Balaguer ya no era un interlocutor válido y necesario.    Fue así como la U.C.N. (Unión Cívica Nacional) logro que el Consejo de Estado dispusiera también su salida del país,  después del mitin celebrado en el parque independencia, el 15 de enero de 1962, que concluyo con el trágico balance de tres muertos y varios heridos.

El día 8 de marzo de 1962, con un salvoconducto gestionado por el Nuncio de su Santidad, Monseñor Emmanuel Clarizio, salió el Doctor Balaguer con destino a Puerto Rico, iniciando así un largo periodo de destierro que se prolongó hasta el 25 de junio de 1965.    En la vecina isla duro poco tiempo, pues el Consejo de Estados presiono el gobierno en Washington para que lo hiciera abandonar la isla. Entonces eligió la ciudad de New York como destino, donde permaneció hasta su regreso al país, bajo el pretexto del delicado estado de salud de su madre, pero gracias también al estallido del movimiento cívico-militar del 24 de abril citado año.

Como resultado de las elecciones convocadas por el gobierno provisional en 1966, presidido por el Doctor Héctor García Godoy, el Doctor Joaquín Balaguer candidato por el Partido Reformista que él había fundado en el exilio, resulto electo Presidente por una considerable mayoría, y como Vicepresidente el Lic. Augusto Lora.

El 1ro. De Julio de 1966 fue investido formalmente como Presidente de la Republica, iniciándose el llamado periodo de los Doce años, algunos por respeto a la cronología histórica, y otros para enrostrarle medidas que debió tomar, conminado por circunstancias internas y externas, pues tuvo que afrontar en ese periodo los efectos de una intransigente oposición política, así como las acciones de la confrontación ideológica, marcada por la llamada guerra fría, en la que se disputaban la hegemonía mundial dos ideologías políticas diametralmente opuestas. Era, como bien ha dicho el filósofo Bertrand Russell la “titánica lucha entra el comunismo y el anticomunismo”.     Esta situación se manifestaba en distintas formas, pero con un objetivo común: subvertir el orden democrático para implantar lo que en el lenguaje político de la época se denominaba, ostentosamente, “dictadura del proletariado”.

Hasta que en nuestro país la sanidad mental no sea patrimonio colectivo, no se entenderá que es necesario acudir a las verdades elementales para restablecer la historia verdadera.

Cuando este reclamo ético se produzca la figura del Dr. Joaquín Balaguer y su actuación política serán colocadas en sus verdaderas dimensiones, y el poder de la mediocridad y el sectarismo dejaran de contaminar la verdad. Para su valoración valgan las palabras del propio Balaguer:

“Durante doce años y 45 días, entre el 1ro de julio de 1966 y el 16 de agosto de 1978, me toco gobernar democráticamente al país. No es a mí, sino a la historia, a la que le corresponde enjuiciar ese periodo de la vida nacional. La posteridad, para ser justa tendrá que tomar en cuenta el estado en que recibimos el país el 1ro de julio de 1966 y el estado que le entregamos a nuestro sucesor, tras la consulta electoral del 16 de mayo de 1978. El mérito de esa labor de 12 años, se acaso tiene alguno, corresponde a todos los dominicanos, aun a nuestros propios adversarios, que contribuyeron siempre, con sus criticas implacables, a mantener vivo en mi espíritu el sentimiento del deber y a esforzarme en devolver a  la patria en dedicación y en servicios, lo que de ella recibí en testimonio de confianza y en honores”.

La obra de gobierno relaizada en todo el pais durante este agitado periodo, jostifica sus consideraciones.

Cuando retorno al poder en el periodo de 1986-1990, la situación política mundial había cambiado, y aunque la oposición interna fue siempre hostil, los sacudimientos ideológicos eran menos agresivos, circunstancias que le permitieron gobernar con la visión diferente, como quedó demostrado en los periodos 1990-1994 y 1994-1996.

En este último periodo de su vida pública el doctor Balaguer, en aras de la unidad y la paz social, convino en que se le redujeran, solo a él dos (2) años de su mandato, cuyas funestas consecuencias todavía se siente, pues se produjo una distorsión en el orden constitucional.

Como ejemplo de moderación y prudencia, desde la oposición el Doctor Balaguer estuvo siempre al lado de las mejores causas, al tiempo que su experiencia política y su capacidad como hombre de Estado las prodigaba sin reservas si eran requeridas por el interés nacional.

Además de sus sobresalientes cualidades  políticas y su prolongada actuación en la vida pública nacional, el Doctor Balaguer fue un ejemplo de solidaridad familiar, no solo con sus idolatrados progenitores, sino también con sus hermanas, a las que no desamparo ni aun en los momentos más conflictivos de su existencia. Ese sentimiento familiar lo dejo plasmado también en emotivos versos que en ocasiones de tristeza y dolor les dedico a algunas de ellas.

Si notable fue su accionar de líder político y estadista, no menos lo fue su producción como escritor la cual abarca ensayos de críticas históricas y literarias; estudios filológicos, Biografías y poesías.

El Doctor Balaguer como escritor ocupa un alto sitial en la literatura dominicana: poeta, ensayista, critico, literario, filólogo, biógrafo. Entre su producción, además de los ya citados poemarios juveniles vale citar: Guía Emocional De La Ciudad Romántica (1944); Los Próceres Escritores (1947); Semblanzas Literarias, (1948); El Cristo De La Libertad, (1950): Apuntes Para Una Historia Prosódica De La Métrica Castellana, (1954); Discursos: Panegíricos Educación y Política Internacional, (1957); Literatura Dominicana, (1959);Cruces Iluminadas (1974); La Palabra Encadenada, (1975); La Venda Transparente (1987);

En el campo de la oratoria son notables sus discursos políticos, académicos y parlamentarios.

A pesar del inmenso poder político que acumulo y su prestigio intelectual, el Doctor Joaquin Balaguer fue siempre ejemplo de discreción y mensura en su vida pública y privada. Como ejemplo de esa conducta escribió en la voz silente el poema titulado Testamento en el que expresa:

“quiero un entierro sin brillo,

Sin fanfarrias y sin honores,

Con solo un ramo de flores,

Sobre mi ataúd sencillo”.

 Donaciones de sus bienes materiales

Una de las principales donaciones, se inicia en el año 1990 en un gesto inesperado decide donar los libros de su biblioteca personal incluyendo parte de sus mobiliarios y la Hemeroteca a la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.

El 25 del mes de Octubre del 1993, asistido con los testigos y Monseñor Juan Antonio Flores Santana quien actúa a nombre y representante de la iglesia católica dominicana, en su calidad de obispo de la diócesis de Santiago, el DR. Joaquín Balaguer que su comparecencia por ante el notario actuante tiene por objeto trasferir, como por medio del presente acto trasfiere a título de donación la casa materna a favor de la iglesia católica dominicana con la finalidad de que el referido inmueble sirva  en los años venideros de vivienda de las HERMANAS PAULINAS (monjas) el solar No. 16  de la manzana 130 del distrito catastral No. 1 del Municipio y Provincia de Santiago con  una superficie de 432 mts2.

El 19 de Abril del año 1991, el Dr. Joaquín Balaguer Donó a la Universidad Tecnológica del Cibao una parcela ubicada en Buena Vista, provincia de La Vega.

El día 4 de noviembre del 1999 el Dr. Joaquín Balaguer junto a su asistente el señor Bello Andino y la señora Rosa Balaguer Ricardo como testigos y el Lic. Leopoldo Manuel Díaz Henríquez en su calidad de presidente de Hogar Crea Dominicano, Inc. Compareció ante el Dr. Porfirio Abreu Lima abogado notario público, con el objeto de transferir a título de donación pura y simple, una porción de terreno de 529 tareas en San Juan de la Maguana, sección Juan Herrera, y sus mejoras consistentes en una residencia construida en block y hormigón armado de 2 niveles y tres pabellones independientes con una área total de 1,455.94 mts2 de construcción y una caseta con una área de construcción de 11.00 metros2 a favor de Hogar Crea Dominicano Inc.

El 15 de Junio del 2000 El Dr. Joaquín Balaguer junto a su asistente el señor Rafael Bello Andino como testigo  y la Señora Rosa Emilia Sánchez, viuda Tavares Presidenta de la Liga Dominicana Contra el Cáncer Inc. Comparecieron ante el Dr. Porfirio Abreu Lima abogado notario público, con el objeto de transferir a título de donación pura y simple su casa (El solar No. 1) ubicada en la Av. Máximo Gómez No. 25 construcción de 880.67 mts2 a favor de la Liga Dominicana Contra el Cáncer, Inc., dando fiel cumplimiento a los deseos de su hermana Emma Balaguer de Vallejo.

La residencia parte atrás de la casa en la cual residía el Dr. Joaquín Balaguer.

El día 27 de Septiembre del 2001, junto a sus sobrinos Carmen Rosa Hernández Balaguer y Joaquín Ricardo, pone a disposición donar, como al afecto se dona pura y simplemente, con todas sus consecuencias legales, la residencia en la cual vivía para que al momento de su partida pase a ser una Fundación, la cual llevara su nombre “Fundación Joaquín Balaguer Inc.” , el solar No.2 y sus mejoras consistentes en una casa de block y concreto de dos plantas, solar que tiene una extensión superficial de 958 mts2., ubicado entre Ave. Rómulo Betancourt y Mahatma Gandhi.

El Dr. Joaquín Balaguer, pidió que luego de su partida terrenal uno de sus carros (FORD 1977); el cual uso durante y después de sus últimos mandatos fuera donado al museo del hombre dominicano.

Con 96 años de edad falleció el Doctor Joaquín Antonio Balaguer Ricardo, el 14 de Julio del 2002, dejando a su paso por la vida terrenal una obra literaria que lo sitúa entre los primeros escritores dominicanos, y como estadista transformo el Estado en su estructura política con la realización de miles de obras necesarias para su desarrollo integral. Se recordara siempre como ejemplo de competencia creadora y de austeridad.

La fundación Joaquín Balaguer Inc. al ofrecer esta sucinta aproximación a la vida y a la obra del Doctor Joaquin Balaguer, solo pretende que su nombre y su obra vivan en el recuerdo de los dominicanos que lo admiran y lo respetan.

Fundacion Joaquin Balaguer.