Los Retos y Desafíos del PRSC para Conectar Nuevamente con el Pueblo Dominicano

Apreciados compatriotas. Buenos días! Distinguidos miembros de la Comisión Política, de la Comisión Ejecutiva e Invitados Especiales.

Los Retos y Desafíos del PRSC para Conectar Nuevamente con el Pueblo Dominicano

Apreciados compatriotas. Buenos días! Distinguidos miembros de la Comisión Política, de la Comisión Ejecutiva e Invitados Especiales.

Antes de entrar de manera formal en mis palabras, lo que fluye de la boca sale del corazón, llega más al alma que cuando uno lo dice como simples palabras.

Por eso he querido escribirlo para luego leerlo como punto de partida para los trabajos de nuestra organización.

Quiero recordar estos tres folletos que repartimos meses antes como trabajo previo al 26 de enero, en otras palabras es algo muy similar a las propuestas que hoy de manera formal someto a todos ustedes.

Con el corazón henchido por la emoción, acudo ante ustedes para exponerles una síntesis de nuestra visión del partido que debemos construir y de los objetivos estratégicos a procurar en el cuatrienio 2014-2018.

Quiero dar gracias a Dios por colocar nuevamente sobre nuestros hombros, la responsabilidad de dirigir al PRSC.

Nos hemos reunido en este evento, para reflexionar y asumir con responsabilidad las tareas de conducir nuestra organización por el camino de recuperar sus tiempos de gloria y situarnos en la posibilidad real de ofrecer lo que otrora disfrutó el pueblo dominicano.

El escenario es propicio. La situación política nacional es favorable. La toma de conciencia es evidente, y bulle en nosotros la disposición de cumplir con el cometido histórico de rescatar los sueños y esperanzas de los dominicanos.

Tenemos un punto de partida. La última encuesta Gallup nos sitúa en un cuatro por ciento de la preferencia popular en la lucha por el Poder. Nosotros los reformistas, sabemos que podemos ser mucho más que eso, que nuestra gente se encuentra dispersa, con las ansias de volver a su redil.

Así mismo, espera por nosotros esa gran masa silente, compuesta por las inmensas mayorías de la base social de nuestra Nación

Por un cambio para avanzar

Heráclito de Éfeso, ilustre pensador de la antigua Grecia, afirmaba que el fundamento de todo lo que somos, radica en la capacidad para cambiar incesantemente, porque todo cambia y nada permanece igual en la vida.

Siglos después, uno de los políticos más carismático y más admirado de Estados Unidos, John F. Kennedy, al referirse al poder del cambio expresaba:

“El cambio es ley de vida. Cualquiera que sólo mire al pasado o al presente, se perderá el futuro”.

La historia de la humanidad es la historia del cambio constante.

Nada ni nadie que no esté en capacidad de cambiar, puede sobrevivir en la moderna sociedad del siglo XXI, donde las comunicaciones y las tecnologías, han acelerado y transformado los procesos organizacionales.

La sociedad avanza tecnológicamente tan rápido, que la información o los procedimientos de hoy, pueden ser inservibles mañana.

El cambio representa una constante que nos transforma y una fuente inspiradora que nos permite reinventarnos. Pero el cambio, no solo es un proceso en sí mismo, es también una fuerza centrífuga, capaz de absolverlo todo, sino sabemos adecuarnos.

Nassim Nicholas Taleb, en su emblemático libro El Cisne Negro, señala que “la historia y la sociedad no gatean, avanzan a saltos”.

Sugiero que aceptemos la validez de esta afirmación y entendamos que nadie puede mantenerse en sintonía con una sociedad que avanza a saltos, mientras camina lentamente para alcanzarla.

¡O saltamos al ritmo de la sociedad, o nos quedamos rezagados y postergados para siempre!

He aquí el gran dilema que tenemos compatriotas: Un cambio para avanzar.

En la incertidumbre de nuestra sociedad moderna, solo pueden triunfar los que demuestran capacidad de adaptarse a los cambios; aquellos que se atreven a vencer el miedo y actuar; quienes, como expresaba el gran escritor ruso Alexei Tolstoi, son capaces de cambiarse a sí mismos, antes de pretender cambiar el mundo.

Un seminario para cambiar

Nuestra premisa principal, al invitarlos a participar en este seminario, es proponerles que analicemos la praxis política de nuestro Partido en los últimos tiempos, y decidamos con humildad y transparencia los cambios que debemos introducir en nuestra organización y en nuestro comportamiento.

Es evidente que nuestras actuaciones en los últimos 15 años no han funcionado. Los resultados electorales están ahí. El posicionamiento electoral también. Continuar haciendo lo mismo, es un vano ejercicio que nos conducirá al cansancio y nuevamente a la nada.

Como dijimos al comienzo, todo cambia. Nosotros mismos cambiamos diariamente. Por tanto, lo que ayer era válido, hoy puede no serlo.

El reformismo tiene una gran oportunidad para el 2016. Pero solo podrá aprovecharla si es capaz de entrar en sintonía con la nueva sociedad dominicana del siglo XXI y asume su representación.

Abraham Lincoln, protagonista de la epopeya más grande de los Estados Unidos, la emancipación de la esclavitud, cuyo legado se transporta hasta nuestros días, tuvo muchos fracasos antes de llegar a la presidencia de esa Nación y nunca se amilanó. Por el contrario, afirmaba que el fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más persistencia.

La oportunidad está. La voluntad de aprovecharla también. Pero el vehículo que nos puede transportar hacia ella está envejecido, deteriorado y tecnológicamente desfasado. Si ese vehículo no es transformado y con las herramientas adecuadas, adaptado a las nuevas autopistas electorales del país, evidentemente que habremos perdido la carrera antes de comenzar.

No es justo trabajar solo para estar cansados. Y mucho menos, dejar inconclusa la obra portentosa de Joaquín Balaguer, quien afirmaba: “La historia de todo hombre es una suma de aciertos y errores. Muchas de las cosas que nos hicieron más infelices en la vida pudieron ser evitadas. Muchas decisiones tomadas en el momento oportuno nos hubieran ahorrado grandes sinsabores. Los propios actos de traición y las ingratitudes de que fuimos víctimas en el curso de nuestra existencia, son el producto de nuestra imprevisión y de nuestra fe excesiva en la decencia ajena.”

Las viejas prácticas que debemos erradicar

Nuestro partido, al igual que muchos otros del sistema, adolece de males y prácticas que deben ser extirpadas y desterradas para siempre.

Esos males nos hacen ser inoperantes. Debemos enderezar el rumbo para alcanzar las metas y objetivos que nos proponemos.

Parafraseando a Einstein, no podemos seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes.

Estemos convencidos de que para crecer hay que sumar y para sumar es indispensable cambiar.

¿Qué debemos cambiar entonces para sumar?

Lo primero: Es la actitud. Se puede ser apto para ejercer un cargo, pero si esa aptitud no va acompañada de un correcto comportamiento, todo se queda en meras enunciaciones y sueños inalcanzables.

La actitud nos ayuda a enfocarnos y trabajar en la dirección correcta.

La actitud inspira fe y genera confianza y donde hay confianza surge la credibilidad y se afianza la esperanza.

Lo segundo: Es el pesimismo. Winston Churchill, fue uno de los más grandes líderes políticos de Inglaterra. Varias veces fracasó en sus intentos de alcanzar el Poder y nueva vez se levantaba con mayor fe y optimismo. Nunca lo amedrentaron los obstáculos. Eso hizo que fuera el líder más exitoso en el ajedrez político del siglo pasado en Gran Bretaña.

El decía que el pesimista siempre ve la dificultad en cada oportunidad, y el optimista ve la oportunidad en cada dificultad.

Para alcanzar y hacer realidad nuestros sueños y esperanzas es menester que seamos optimistas, ya que es la fuerza motriz que mueve las acciones positivas de los seres humanos, levanta nuestro entusiasmo y viabiliza nuestra conexión con el pueblo. El optimismo es contagioso, estimula y construye redes positivas entre nosotros y potencializa favorablemente esa simbiosis que nos corresponde hacer con el pueblo dominicano.

Lo tercero: Son los juicios a priori y las críticas no constructivas. En la historia de la humanidad, los proyectos exitosos han tenido como método general, dos reglas de oro: Enjuiciar con

justeza y criticar siempre con intenciones positivas, por lo que es de rigor que seamos prudentes en nuestras apreciaciones, que más temprano que tarde seremos recompensados por los méritos acumulados por nuestra conducta y trabajo.

Si en el pasado, en alguna ocasión caímos en inconductas reñidas con estos principios, y hay evidencias de que fue así, llegó el momento, distinguidos compatriotas, de dejarlas atrás, y que no quede un solo vestigio de esas viejas prácticas, y que nos digamos, unos a otros y al país ¡De ahora en adelante, todo será distinto!

Ese es el propósito de esta Presidencia que inauguramos.

En este futuro, cuyos caminos comenzamos a trillar en este momento, tendrán oportunidades quienes hagan su trabajo, los que demuestren solidaridad, aquellos que coloquen en primer lugar el interés colectivo y los que se sometan a la disciplina que debemos practicar, comenzando por este compatriota servidor de ustedes.

El cuarto: Es el Asistencialismo y el clientelismo. Estos dos males son hermanos gemelos y la praxis del sistema político dominicano está permeada hasta los tuétanos por ellos.

Se ha ido perdiendo la virtud de que la política es una ciencia del Poder para servir a los demás, no para servirse.

No se trata de que el político profesional viva de la política como certeramente lo plantea Max Weber. El problema consiste en que abundan personas en los partidos que pretenden vivir de la política sin trabajar, aspirando a recibir emolumentos como una dádiva. Y eso es inmoral y violador de la ética en cualquier partido o Estado que se respete.

Es conveniente destacar, que los liderazgos fuertes, sólidos y de proyección se desarrollan cuando se asumen como propias las aspiraciones de la población en términos de demandas sociales. Y en nuestro caso, como socialcristianos y continuadores de la obra del Dr. Joaquín Balaguer, la solidaridad es un principio fundamental.

Pero la solidaridad bien entendida es dar oportunidad a nuestros conciudadanos para que desarrollen sus potencialidades y puedan volar con alas propias.

Para nosotros, lo conveniente es ser una organización enfocada en objetivos concretos por los cuales trabajaremos en armonía y dedicación, para lo cual todos nuestros esfuerzos estarán concentrados en lograrlo.

El quinto: Es la dirigencia inorgánica. Para que una organización crezca y se consolide hasta alcanzar sus objetivos es prioritario que cada dirigente tenga tareas asignadas, se concentre en realizarlas e informe de su trabajo al organismo correspondiente.

Es impensable sostenerse o escalar a los puestos de dirección, sin cumplir con el compromiso asumido.

La historia recoge múltiples ejemplos de ejércitos con una gran cantidad de “oficiales” sin tropas que sin excepción terminaron en la derrota. Un partido político, para ganar tiene que contar con dirigentes activos y muchos militantes; de lo contrario, termina en el fracaso. Nosotros estamos obligados a entender esa máxima, a tenerla como guía y corregir las debilidades que sufrimos en esa dirección.

En tal sentido, se impone cambiar radicalmente.

De ahora en adelante, toda nuestra dirigencia, en un plazo prudente, presentará su Directorio de Colegio Electoral, organizado y cualificado, porque es injusto llamar dirigente a quien no lo es.

El sexto: El grupismo y la indisciplina. De ahora en adelante, los reformistas de todos los niveles, tenemos un solo grupo, el Partido Reformista Social Cristiano. Nosotros necesitamos la unidad como las plantas necesitan el agua; el grupismo y la utilización de nuestros símbolos al margen de las directrices oficiales de los órganos y organismos de dirección, no serán aceptados.

Si alguien difiere de una posición partidaria, es su derecho plantearlo internamente en el organismo que le corresponda, y actuar con disciplina ante la decisión de la mayoría. Hacerlo fuera, como posición personal, es hacerle daño al Partido, a nuestros objetivos y a cada uno de nosotros mismos.

Ningún partido tiene posiciones personales. Luego que un órgano u organismo de dirección decide una postura sobre un determinado tema, es de cumplimiento obligatorio para todos. Para todos!

Debemos como dirigentes, respetar las decisiones institucionales partidarias y promoverlas, al margen de cualquier diferencia de criterios.

Todos tendremos que acatar lo que democráticamente decidan las direcciones partidarias y si alguien se aparta de esa directriz, se acogerá a las consecuencias. Por eso nosotros mismos nos hemos puesto de ejemplo.

Después de discutir y aprobar los diversos temas políticos, sociales o económicos, el Partido fijará sus posiciones oficiales, y lo hará mediante sus voceros autorizados para los fines correspondientes.

Solo se avanza donde la disciplina es ley y todos actuamos como parte de un solo cuerpo.

Nuestros miembros tienen derecho a aspirar, Oigan bien! pero solo cuando se abran los procesos eleccionarios y se definan las reglas, jamás a destiempo, porque hacerlo contribuye al caos y a la indisciplina generalizada.

En el nuevo reformismo, no se aceptarán grupos que no estén reconocidos por el Estatuto partidario. La indisciplina y el grupismo son entes de distorsión y división, y no serán divisa de nuestra conducta en el partido.

El partido que construiremos entre todos

En nuestra presidencia, servir al partido será la consigna por excelencia de nuestra militancia. Ninguno de nosotros podrá sustraerse a ese mandato partidario.

Estamos aquí para trabajar por nuestro Partido, con todas las consecuencias, de nuestro agrado o no, pero útiles a los designios y propósitos de la organización.

En líneas generales, durante estos cuatro años trabajaremos para que nuestra organización se posicione en el electorado como:

1. Un partido donde la juventud y las mujeres tengan enormes oportunidades.

2. Un partido plural, democrático, inclusivo, participativo y con reglas claras de juego, donde los dominicanos de buena voluntad, que deseen incursionar en la política, encuentren el espacio idóneo para contribuir al desarrollo de nuestro país.

3. Un partido que conecte eficazmente nuestros principios y programas con el electorado; que capacite a nuestros dirigentes para que sean verdaderos líderes, pero también que contribuya a la formación y el emprendurismo de los dominicanos, esencialmente aquellos con menos oportunidades.

4. Un partido moderno, renovado e innovado, con herramientas gerenciales capaces de convertir en realidad nuestra visión, misión, valores, objetivos, estrategias, planes, programas, proyectos y actividades

5. Un partido con vocación de Poder y flexibilidad operativa, capaz a partir del 2016, de ser una opción viable o decidir la conformación de un gobierno compartido.

6. Un partido que su tarea diaria sea sumar y que no albergue espacios para las malas prácticas que corroen a las organizaciones políticas.

7. Un partido enfocado, disciplinado y representativo de los distintos sectores sociales y demográficos del país y que luche por rescatar a la familia reformista que se ha alejado por distintas circunstancias.

8. Un partido que promueva la protección al medio ambiente, el ahorro interno; y la producción agrícola y pecuaria nacional.

9. Un partido que exija el rescate del sistema eléctrico dominicano; la ampliación de la cobertura en salud para la población y la mejoría de los estándares de calidad de la educación.

10. Un partido que promueva una adecuada política migratoria que fortalezca nuestra soberanía nacional, además de luchar por la tranquilidad, la paz y la seguridad de nuestros ciudadanos y por el fomento del empleo para la juventud, que no tiene forma de progresar, constituyendo un caldo de cultivo para la delincuencia.

11. Un partido que apoye a los profesionales para que concreticen sus sueños de servir con eficiencia y calidad al país.

12. Un partido que clame por soluciones al drama de las niñas y adolescentes embarazadas en el país, que luego de ser madres no tienen manera de reencauzar sus vidas.

En definitiva, construiremos el partido de las oportunidades para todos, como lo soñó el Dr. Joaquín Balaguer.

Lineamientos básicos para el trabajo organizativo

Durante siglos, la competencia fue la bujía inspiradora que impulsaba las luchas políticas y comerciales. Pero esa concepción ha ido variando aceleradamente.

En el libro “La Tierra es Plana”, publicado en el 2005 por Thomás Friedman, se plantean diez grandes fuerzas que han aplanado la tierra, es decir, la han convertido en un terreno igual para todos.

La esencia de este libro es hacernos ver que con el Internet y con las nuevas tecnologías de las comunicaciones, ya la competencia no es lo esencial, porque es posible avanzar buscando nuevos nichos y no peleando por los que están ocupados.

Este libro predice el nacimiento de una era de la colaboración en red donde el espacio deja de ser crucial como antes y donde la

generación de riquezas no descansa en las fábricas, sino en el conocimiento.

Siguiendo esa misma línea de pensamiento, W. Cham Kim, escribió un libro titulado “La Estrategia del Océano Azul”, donde plantea que ya no es posible avanzar mediante la competencia, sino a través de la innovación, y ocupando mercados que otros no ocupan, básicamente a través de un proceso de diferenciación.

Si aplicamos estas teorías a la política moderna, nos daremos cuenta que no tiene sentido seguir compitiendo duramente entre nosotros mismos, cuando afuera tenemos enormes océanos por conquistar.

A partir de esta visión, me pregunto, ¿qué sentido tiene pelearnos por el 4% que nos dan las encuestas, cuando afuera hay un 42% de personas que no tienen definición aún de por quién votar? Entender esto será esencial si queremos avanzar y reconquistar espacios perdidos.

El reformismo requiere cambiar sus paradigmas y enfocarse en conquistar electores que no están inscritos en ningún partido; en atraer a aquellos que muestran decepción por la política; en abrir plazas a los que no caben ni tienen posibilidad en espacios desbordados por sus militancias; y los que, con sentido de responsabilidad, se apartan de los que han perdido toda perspectiva y todo sentido de la historia.

Se vislumbra que para el 2016 habrá un escenario electoral con gran dispersión, configurado por lo menos, por cuatro fuerzas fundamentales, donde todo puede ocurrir. Trabajemos nosotros para convertirnos en el elemento catalizador de esa oportunidad.

El PRSC es el mejor posicionado para aprovechar las ventajas comparativas que nos presentará dicha polarización.

Dependerá de nuestro tino, de nuestra inteligencia y de saber actuar con equilibrio y moderación, la posibilidad de atraer a miles de personas que quieren regresar o ingresar al PRSC. En tal virtud, este seminario tiene una misión excepcional.

El pasado domingo el Directorio Presidencial discutió el Plan de Trabajo y los Reglamentos que deberán regirnos en estos cuatro años y de manera especial en los próximos dos años, que es el período en que están enmarcadas las elecciones del 2016. Las estrategias y planes que aprobados, serán cruciales para lograr los objetivos.

Distinguidos compatriotas, reitero: distinguidos hermanos.

Hasta aquí he resumido lo que proponemos como nuestro accionar para el próximo cuatrienio.

Es esencial entender la coyuntura en que nos encontramos y la necesidad de sintonizar con la sociedad.

Es imprescindible un buen proceso de planificación, pero al mismo tiempo, contar con herramientas que nos permitan construir indicadores del desempeño de cada Secretaría, de cada cargo y de cada dirigente.

Deseo que presten atención, que oigan bien. Nuestro fundador, el Dr. Joaquín Balaguer, siempre advertía que “no podemos caminar por ahí desorientados, como un barco que ha perdido la brújula y navega a ciegas entre la tempestad”.

En su discurso de toma de posesión como presidente del Partido Reformista, pronunciado el primero (1ero) de noviembre del 1964 en San Juan Puerto Rico, el Dr. Joaquín Balaguer afirmaba que “el reformismo no es un partido de oposición, si con esa palabra ha de entenderse una guerra sin cuartel a toda iniciativa que provenga de las esferas gubernamentales”.

Afirmaba, que “el reformismo es un partido nacido para promover la justicia social, la justicia distributiva y para llegar al Poder, y desde allí, hacer las transformaciones que demanda la Nación.” Me identifico plenamente con ese pensamiento de nuestro inolvidable fundador.

Compatriotas:

En el horizonte partidario, se nos presentan muchos retos y enormes desafíos. Creo y confío confío en la capacidad de cada uno de ustedes, para entender la coyuntura que vivimos y saber colocarnos todos juntos, con dignidad y decoro, a la altura de las circunstancias.

Decía con sabia verdad nuestro mentor y guía que: “Llegamos inevitablemente al final de nuestra existencia, con la insatisfacción de que solo alcancemos a vivir una vez. ¡Qué hermosa seria la vida si pudiéramos repetirla una segunda, vez con la experiencia ganada de la primera!”

Acumulé experiencia en mi primera gestión y espero no cometer errores del pasado, en nuestras manos descansa el futuro del PRSC y no perecerá.

Concluyo estas palabras con mucha emoción y espero continuar estos próximos cuatro años trabajando con pasión y no permitiremos que

nadie se interponga en el camino de la memoria del doctor Joaquin Balaguer.

Unidad compatriotas!

¡Viva el Partido Reformista Social Cristiano!

¡Viva la memoria imperecedera de Joaquín Balaguer!

¡Ni un paso atrás, adelante con bríos renovados, que el futuro es nuestro!

Que Dios los bendiga a todos.

Marzo del 2014.