Numerosas organizaciones comunitarias, así como decenas de dominicanos residentes en la ciudad de Nueva York, se movilizaron durante este fin de semana en demanda de que el Senado de la República escoja jueces probos e imparciales para la Junta Central Electoral, el Tribunal Superior Electoral, así como en las altas cortes establecidas en la Constitución.

Los compatriotas dominicanos desafiaron los pronósticos de lluvias de este sábado y se movilizaron en el Alto Manhattan, para demandar la escogencia de jueces imparciales, con una limpia trayectoria de servicio a la ciudadanía y que no respondan a los intereses de ningún partido político.

Numerosas organizaciones comunitarias, así como decenas de dominicanos residentes en la ciudad de Nueva York, se movilizaron durante este fin de semana en demanda de que el Senado de la República escoja jueces probos e imparciales para la Junta Central Electoral, el Tribunal Superior Electoral, así como en las altas cortes establecidas en la Constitución.

Los compatriotas dominicanos desafiaron los pronósticos de lluvias de este sábado y se movilizaron en el Alto Manhattan, para demandar la escogencia de jueces imparciales, con una limpia trayectoria de servicio a la ciudadanía y que no respondan a los intereses de ningún partido político.

La protesta, encabezada por la organización comunitaria “Dominicanos Unidos Contra el Fraude Electoral (DUCFE)”, partió desde la plazoleta Juan Pablo Duarte, en la calle 170 y recorrió la avenida San Nicholas hasta la calle 207, bajo la vigilancia de la policía.

Los manifestantes portaban pancartas y lanzaban consignas en las que pedían la escogencia de los mejores candidatos imparciales en la JCE, tomando en consideración los perfiles de cada uno de los aspirantes sin banderías políticas.

A la caminata se unieron militantes y dirigentes políticos de las organizaciones Partido Revolucionario Moderno, Alianza País, Reformista Social Cristiano, Frente Amplio, Patria para Todos, Frente Febrerista y Fuerza de la Revolución, entidades que han estado demandando el establecimiento de un perfil de pulcritud, capacidad e independencia para los nuevos jueces que habrán de integrar los órganos jurisdiccionales.

La activista comunitaria Wilma Tamayo Abreu, de la organización “Dominicanos Unidos Contra el Fraude Electoral”, anunció que las movilizaciones continuarán hasta lograr una de sus metas de llevar personas pulcras y creíbles en la JCE y demás cortes de República Dominicana.

Recalcó que el deseo de los dominicanos es tener una JCE creíble, con jueces no partidarios y que les respondan al país y “no al comité político del Partido de la Liberación Dominicana”. 

Sostuvo como otro de los objetivos de la entidad es llevar sus denuncias a los organismos internacionales para que se hagan eco de la situación en que viven los dominicanos y que las mismas están dando buenos resultados.

Resaltó que en lo adelante sostendrán más encuentros con instituciones internacionales “para que nos ayuden hacerles entender al gobierno dominicano que necesitamos un país con mayor transparencia, menos corrupción e impunidad“.

En el país, los partidos políticos de la oposición han estado desarrollando una ardua lucha en demanda de que se produzca una reforma política que permita la celebración de elecciones limpias mediante la modificación de la presente Ley Electoral, la aprobación de una Ley de Partidos, así como de una Ley de Garantía Electoral.

En días pasados, los representantes de la oposición visitaron en conjunto el Congreso Nacional, y demandaron que el Senado de la República escoja personalidades de la vida pública independientes, imparciales y de consenso para que integren la Junta Central Electoral (JCE), e igualmente continuaron su reclamo para que se nombren personas que no estén vinculadas a ningún partido político en la Cámara de Cuenta y en el Tribunal Superior Electoral.

Consideran que el sistema democrático de la Republica Dominicana se encuentra hoy en un momento histórico que demanda la selección de los integrantes de esos organismos sea de consenso que genere la  indispensable confianza y credibilidad en el sistema electoral, a los partidos políticos.

Explican que La base fundamental de nuestra democracia debe descansar en una organización y administración electoral y en el apego irrestricto al mandato de la Constitución.