A pesar del enorme crecimiento económico que se verifica en el país en los últimos años, es singularmente notorio que ese crecimiento no ha beneficiado a la mayoría de los dominicanos debido q que sus beneficios se han concentrado en pocas manos, lo que ha sido un factor determinante para el incremento de los niveles de pobreza que sufren las grandes mayorías.
A pesar del enorme crecimiento económico que se verifica en el país en los últimos años, es singularmente notorio que ese crecimiento no ha beneficiado a la mayoría de los dominicanos debido q que sus beneficios se han concentrado en pocas manos, lo que ha sido un factor determinante para el incremento de los niveles de pobreza que sufren las grandes mayorías.
La situación se torna más difícil para los pobres con el crecimiento cada vez mayor de nacionales haitianos que no solamente están desplazando a los dominicanos de los empleos y ha deprimido sus niveles de catalizador social, sino que ha contribuido a deterior los servicios de salud, educación y otros, agravando aún más la situación de los pobres dominicanos.
Nuestro país ha tenido un crecimiento en promedio, superior al resto de los países de América Latina y el Caribe y, sin embargo, eso no se ha traducido en una reducción significativa en los niveles de pobreza y la desigualdad. Tanto el Banco Central de la República, como algunas agencias crediticias internacionales, destacan el notable desempeño de nuestra economía en lo que va de enero hasta la fecha.
No es posible que podamos avanzar mientras persistan los factores estructurales que afectan la economía, ni mientras no haya mecanismos de redistribución justos y equitativos, porque lo que se ha demostrado es que la riqueza es producida por todos los dominicanos, pero sus beneficios son motorizados por unas pocas manos.
El inmenso deterioro de los servicios es un factor incidente en la proliferación de la pobreza, debido a que las personas para acceder a un sistema de educación y de salud adecuados para sus hijos, tienen que utilizar los sistemas privados y eso afecta considerablemente el salario, que cada vez se ve más reducido.
A tales eventos se añade los déficits del sistema eléctrico y el suministro de agua potable, lo que obliga a los sectores de clase media a proveerse de medios alternativos como son las plantas eléctricas y las cisternas, e igualmente las deficiencias en el servicio de transporte.
Todo este cuadro configura una situación calamitosa para los ciudadanos debido a que, por un lado, el precio de los servicios se encarece cada vez más y, en segundo lugar, los salarios permanecen estáticos, lo que deteriora la calidad de vida de la gente en sentido general.
Y dentro de ese panorama, la inflación está deteriorando cada vez más el poder adquisitivo del salario, cada vez que los precios de los productos básicos que integran la canasta familiar, han estado experimentando altos niveles de precios, en los que se destacan el arroz, las habichuelas, los diversos tipos de carnes, el ajo, la cebolla y los vegetales, no obstante la gran producción que han tenido estos rublos a consecuencia de la apreciable ayuda que brinda el gobierno asistiendo a los productores con créditos e insumos.