Por Sergio Acevedo.

Con la oficialización de las candidaturas sustentadas por el Partido Reformista Social Cristiano para los comicios de mayo del 2016, se da apertura a un proceso de renovación y cambios que tendrá como punto de partida la victoria de los candidatos reformistas en los diferentes niveles de elección y, consecuentemente, 

Por Sergio Acevedo.

Con la oficialización de las candidaturas sustentadas por el Partido Reformista Social Cristiano para los comicios de mayo del 2016, se da apertura a un proceso de renovación y cambios que tendrá como punto de partida la victoria de los candidatos reformistas en los diferentes niveles de elección y, consecuentemente, el inicio de una nueva modalidad de gestión que habrá de imprimirle dinamismo y vigor al trabajo en beneficio del progreso de todos los macorisanos.

La presencia en la boleta reformista de candidatos tan prominentes como lo son el doctor Jose Hazim, y el licenciado Sergio Cedeño, garantiza, no solo el triunfo de ellos, sino también el arrastre de otras candidaturas municipales y congresuales, lo que visualiza un triunfo rotundo que en el más tímido escenario, nos dará la victoria en todos los municipios y, en el ámbito del Congreso, obtendremos el éxito de la candidatura senatorial y tres diputados.

Se trata del regreso de lo mejor, de quienes encarnan un material humano superior, inmejorable en el ámbito de la provincia y aún del país, porque no hay en la República partido alguno que logre presentar en una boleta candidatos de la prestancia, la experiencia, el humanismo y la visión desarrollista de estos dos colosos reformistas.

Y, precisamente, el PRSC da en el clavo con la presentación de estos  hombres  fuera de serie, porque San Pedro de Macorís necesita con urgencia el auspicio de sus mejores hijos. La otrora Sultana de Este, caracterizada por el empuje de su gente, su gran capacidad productiva y de generar empleos, hoy languidece ante la mirada indiferente de sus autoridades, de funcionarios que han desertado de sus obligaciones públicas, para dedicarse al boato y la fastuosidad, mientras Macorís sufre agobiada por el desempleo, la insalubridad, la deserción escolar, la inseguridad ciudadana y el abandono total.

En San Pedro de Macorís se ha producido un retroceso en su desarrollo debido a la pérdida de más de 40 mil empleos ocasionado por el cierre de algunos ingenios y empresas de zona franca, así como la falta de incentivos al sector privado para la inversión. Puede decirse que por la naturaleza de sus cargos, Josecito y Sergio no tendrán los recursos para emprender las acciones desarrollistas que demanda la provincia.

Ese argumento podría ser válido para los actuales incumbentes, personas  carentes de visión y de iniciativa para ayudar a su provincia. Pero en los casos de Josecito y Sergio, las cosas serán radicalmente diferentes, porque se trata de promotores sociales y económicos naturales que desde sus respectivas posiciones trabajaran por el desarrollo de la provincia, presentando e impulsando proyectos y demandando solución a los problemas.

Se trata de figuras de calidad, personas que saben lo que tienen en manos y que no van a perder ni un solo minuto en el trabajo creador para beneficiar su pueblo. No es el caso de actual senador quien se ha olvidado definitivamente de su provincia y que en el Senado la única iniciativa que ha tenido es la de proponer que se instituya “el Dìa de los Compadres y las Comadres”, lo que demuestra una ignorancia total de su responsabilidad como legislador, así como su propensión hacía el circo.

En el caso de Josecito y Sergio hay una diferencia cualitativa de dimensiones kilométricas. Estos dos compatriotas saben hacia donde van y cuentan con las herramientas para hacer una gestión brillante y portentosa, como la han hecho en otras ocasiones. Ellos son los mejores, porque no hay nadie que pueda competir en calidad humana, capacidad de trabajo, entrega a la causa de su provincia, experiencia de gestión, y una honestidad de montaña que los califican para ser exitosos en la tarea que el destino les tiene reservada.