Por Sergio Acevedo.

A pesar de que las maniobras fraudulentas implementadas desde el poder por el PLD, en su empeño de instaurar una dictadura de partido en el país, se expresaron de manera virulentas en estas elecciones, en las cuales se puso de manifiesto como nunca la vocación totalitaria de ese partido y su desprecio absoluto por los principios democráticos, los reformistas debemos sentirnos orgullosos de los logros alcanzados en este proceso electoral, no obstante las desigualdades y los abusos que matizaron el evento y que evitó que la voluntad popular se expresara en su auténtica dimensión, los resultados publicados hasta el momento, han puesto de manifiesto la efectividad de la estrategia puesta en práctica por el líder reformista, Quique Antùn, en su patriótico empeño de construir un nuevo partido para servir a la sociedad, conforme a su tradicional vocación liberadora.

Por Sergio Acevedo.

A pesar de que las maniobras fraudulentas implementadas desde el poder por el PLD, en su empeño de instaurar una dictadura de partido en el país, se expresaron de manera virulentas en estas elecciones, en las cuales se puso de manifiesto como nunca la vocación totalitaria de ese partido y su desprecio absoluto por los principios democráticos, los reformistas debemos sentirnos orgullosos de los logros alcanzados en este proceso electoral, no obstante las desigualdades y los abusos que matizaron el evento y que evitó que la voluntad popular se expresara en su auténtica dimensión, los resultados publicados hasta el momento, han puesto de manifiesto la efectividad de la estrategia puesta en práctica por el líder reformista, Quique Antùn, en su patriótico empeño de construir un nuevo partido para servir a la sociedad, conforme a su tradicional vocación liberadora.

Muy notorias fueron las embestidas desplegadas contra la oposición en general y, de manera particular, contra nuestro partido. El PRSC fue atacado despiadadamente desde el mismo momento de la instalación del gobierno de Danilo Medina hacen cuatro años, mediante la fábrica de encuestas que se instaló en Palacio cuyo fin fue el sembrar el desaliento en el polo opositor y, de manera muy especial, en las filas de nuestro partido, e ir condicionando a la opinión pública para que acepte los resultados del actual proceso electoral, viciado en todos sus aspectos.

Las  encuestas confeccionadas y patrocinadas desde la mansión presidencial tuvieron el propósito de reducir nuestro potencial y de ponernos por el suelo,  pretendiendo con ese mecanismo mezquino  obligarnos a concurrir apoyando al PLD en una alianza obligada y en condiciones frágiles e indecorosas a nuestros intereses como si el PRSC  fuera una agrupación de logreros y menesterosos.

Pero gracias al genio creativo de Quique Antún, a su inconmensurable talento estratégico, a sus agallas como líder y genio táctico, logró sacarnos de debajo las ruedas del camión, y nos orientó para que el PRSC suscribiera una alianza mutuamente conveniente con el PRM, alianza que tuvo su impacto positivo en el electorado desde sus inicios y que marcó una trayectoria de aceptación que nos puso al borde la victoria, si las elecciones hubieran transcurrido en un clima de participación equitativa, de transparencia efectiva y sin la manipulación de los poderes públicos y los recursos del Estado en favor de la reelección y su candidato Danilo Medina.

El PRSC logró superar su votación, la más alta obtenida después de la desaparición física de nuestro líder histórico, Joaquín Balaguer. Hemos alcanzado una presencia mayor en el Congreso y en los ayuntamientos, lo que no configura un poder importante para la lucha democrática y nos señala la ruta hacia la conquista definitiva del poder, con lo cual habremos de impulsar los cambios sociales y estructurales con los cuales estamos comprometidos en la lucha contra la pobreza.

La figura de Quique Antùn se crece en este éxito porque estos logros son fruto de su genio, de su impronta, de su capacidad para conducir a un partido que caminaba hacia la extinción y que hoy emerge con nuevos bríos y renovados esplendores a su encuentro con la gloria.

El éxito electoral logrado nos convoca a la lucha por la erradicación de la extrema pobreza que afecta a una parte preterida de la población, víctima del reparto desigual del ingreso nacional, lo que nos plantea demandar atenciones reales para corregir las deficiencias en los servicios públicos tales como la electricidad, el agua, la salud, el transporte, la educación, la vivienda, así como la creación de fuentes de trabajo para los jóvenes, como una auténtica profilaxis contra la delincuencia.

Nuestro partido tiene que trabajar para adecentar la vida pública demandando cambios en el sistema de justicia, en la estructuración de las altas cortes y la gerencia electoral, en la adecuación de las normas electorales que no solo inspiren confianza en el electorado, sino también que ofrezcan garantía de pulcritud en los proceso.

Nuestra democracia no resiste que un solo partido mantenga el control de todos los poderes públicos y que los utilice para avasallar a sus contrarios, la democracia tiene que ser incluyente, participativa, representativa, porque esa es la única manera de garantizar la paz y propiciar ambientes adecuados para promover el progreso.

La consolidación del sistema de partido, mediante la aprobación de una ley que garantice la libre competencia, pero que a la vez sea equitativa y justa, es una de las prioridades de nuestro partido en el Congreso de la República, porque sin esa norma se hace imposible establecer mecanismos que impidan el establecimiento de una dictadura de partido, como es el objetivo estratégico de los actuales mandantes y, de ese modo, continuar con los esquemas de corrupción sin que exista un régimen de consecuencia para el castigo a los corruptos.

Porque tenemos esos grandes compromisos y esos retos indeclinables, es que debemos arreciar el trabajo por el fortalecimiento del PRSC y  potenciar cada vez más liderazgo de Quique Antùn, porque es la propia practica la que nos señala  que sin el talento de este reformista estupendo no hubiéramos alcanzado estos logros y, por el contrario, estuviéramos en estos momentos, no con el optimismo y el entusiasmo para emprender la batalla cívica en procura de los objetivos que nos señale el líder, sino acudiendo al velorio de nuestro partido, absorbido por el PLD.