Por Sergio Acevedo.

La campaña desarrollada por Quique Antùn, en el marco de sus aspiraciones a la presidencia de la República, se fundamenta en una serie de propuestas de grandes contenidos sociales, las cuales constituyen el fundamento de una visión humanista de la acción política y resumen los grandes anhelos de los dominicanos de vivir en una sociedad que les brinde los insumos para el desarrollo de una vida digna y llena de plenitud, tanto en el orden material, como en su esperanza espiritual.

Por Sergio Acevedo.

La campaña desarrollada por Quique Antùn, en el marco de sus aspiraciones a la presidencia de la República, se fundamenta en una serie de propuestas de grandes contenidos sociales, las cuales constituyen el fundamento de una visión humanista de la acción política y resumen los grandes anhelos de los dominicanos de vivir en una sociedad que les brinde los insumos para el desarrollo de una vida digna y llena de plenitud, tanto en el orden material, como en su esperanza espiritual.

Quique Antùn es sensible frente al drama que sufren grandes legiones de dominicanos preteridos, y esas sensibilidad es fecundada por la vivencia que recibe durante sus recorridos de campaña por todo el territorio nacional, recorridos en los cuales nuestro líder ha apreciado la situación de miseria que viven grandes núcleos de la población, los cuales requieren de manera urgente la ayuda gubernamental.

La pobreza en el país es un mal que cada día se incrementa, no obstante el notable crecimiento que ha tenido la economía nacional en los últimos años. El problema está en el modelo, el cual no suple los satisfactores para que los pobres puedan vivir dignamente, porque se trata de un modelo excluyente que sólo permite bienestar para las minorías, mientras los grandes núcleos poblacionales sufren sus designios tormentosos. Se trata de un modelo que hace que los ricos sean cada vez más ricos, mientras los pobres se hacen cada vez más pobres.

Quique Antùn propugna por un modelo basado en la inversión y la explotación de las fuentes generadoras de riquezas, fórmula mediante la cual aspira a generar empleos productivos y a financiar el gasto social en base a la inyección  de recursos en educación, salud, vivienda, etc., así como en otras infraestructuras de calidad.

No es posible lograr una economía sana, robusta, si desde el gobierno no se produce un cambio en la naturaleza del gasto. Nuestra economía está entrampada en el pago de la deuda, los escandalosos subsidios, y el mantenimiento de una burocracia consumista e ineficaz.

Vivimos en un círculo vicioso en el cual las autoridades tienen que acudir al empréstito o a la creación de nuevos impuestos para la realización de nuevas obras, cuando lo más sano es que las obras se realicen mediante el ahorro interno y, en caso de que se acuda al financiamiento, este debe ser para obras reproductivas, nunca para gatos corrientes..

Quique va a cambiar ese modelo porque el mismo no es equitativo, ni tampoco justo en la  distribución de los dividendos, por eso es que la brecha entre pobres y ricos se amplía cada vez más. Unos pocos son inmensamente ricos, mientras que las grandes mayorías se hacen cada vez más pobres.

El candidato reformista está decidido a cambiar el panorama de opresión social en que viven miles de dominicanos, liberarlos de sus carencias y hacerlos personas nuevas.

Va directo al meollo de los problemas sentidos de la población, sin demagogia ni estridencia, pero si con la ambición de hacer un ser humano  nuevo, un hombre liberado física y espiritualmente, en condiciones adecuadas que le permita aportar sus potencialidades en aras de su propio desarrollo y del desarrollo de la sociedad en sentido general.

El ser humano es un ser social, sus existencia no es posible fuera del ambiente de la sociedad, él tiene que contribuir con su trabajo y su esfuerzo a hacer crecer y aprovechar las fuentes de riquezas creadas por Dios, para beneficio de todos.

Quique, fiel a las enseñanzas de su maestro, nuestro líder histórico, Joaquín Balaguer, se plantea motorizar sus esfuerzos, en caso de que el voto de los ciudadanos le sea favorable, para hacer una revolución liberadora que erradique la pobreza en el país.

Procura facilitar el acceso de todos los ciudadanos a los bienes que genera el desarrollo, con el fin de establecer un hombre nuevo, liberado de todas ataduras y realizado en armonía con los demás. Por eso y mucho más, es que el voto por Quique Antùn es un imperativo social y humano.