La dinámica que se vive en el seno del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), luego de la instalación de la dirigencia que hoy preside el Ing. Federico Antún Batlle es, realmente, indescriptible, puesto que hay una solas instancia de la estructura orgánica del partido, así como ninguna comunidad del país, donde no se vislumbre de manera objetiva el renacimiento del PRSC, como opción política capaz de competir adecuadamente por el poder, para desde esa instancia , promover los cambios en la sociedad.

 

La dinámica que se vive en el seno del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), luego de la instalación de la dirigencia que hoy preside el Ing. Federico Antún Batlle es, realmente, indescriptible, puesto que hay una solas instancia de la estructura orgánica del partido, así como ninguna comunidad del país, donde no se vislumbre de manera objetiva el renacimiento del PRSC, como opción política capaz de competir adecuadamente por el poder, para desde esa instancia , promover los cambios en la sociedad.

 Nunca como ahora se nota el empeño y la participación de los reformistas en la formulación del nuevo diseño, el que hará del PRSC el instrumento de liberación que aspiran los reformistas y demanda el país, para solucionar sus problemas económico-sociales, problemas que laceran el cuerpo y la conciencia de los ciudadanos desde hace décadas.

 En esa vertiente crece y se consolida el liderazgo de Quique Antún, un liderazgo visionario, de factura moderna, persuasivo, enérgico, doctrinario y de visión auténticamente democrática. Sus ejecutorias en los pocos meses que tiene al frente del PRSC lo apuntalan como el líder de raíces profundamente consustanciadas  con la esencia y la naturaleza prístinas del PRSC, pero a la vez el ente transformador, iluminado, esclarecido; quien está tutelando un proceso de construcción de un nuevo reformismo ajustado a los tiempos y que, ante el deterioro de los partidos del sistema, emerge como la única esperanza del sistema, para que no muera la democracia.

Es un liderazgo democrático, porque promueve la participación activa antes de tomar una decisión, consulta y escucha al conglomerado, convencido de que todos podemos aportar independientemente de los niveles de conocimientos y habilidades. Quique antes de presentar su estrategia para la construcción del nuevo reformismo, consultó y escucho la opinión libre y mayoritaria de los organismos del PRSC, lo que le permitió enriquecer el plan con el aporte que pudo hacer el conglomerado.

 Otra de las características que perfilan el liderazgo democrático de Quique Antún, es su capacidad de escuchar y delegar tareas en las personas adecuadas de conformidad con sus habilidades. No pretende convertirse en un súper hombre, sino en una persona con virtudes y debilidades humanas, a quien el destino lo ha señalado para presidir un proceso que habrá de marcar de manera positiva, no solamente su vida y su trayectoria, sino también su trascendencia y su virtuosismo como ente revolucionario.

Su visita a las filiales en Estados Unidos constituyó un evento apoteósico en el cual quedó patentizado la magnitud y el grado de penetración de su liderazgo. Fue notorio el interés de los reformistas en participar en los eventos presidido por el líder, así como el reconocimiento de las comunidades, a través de sus autoridades, algunas de las cuales entregaron galardones reconociendo las virtudes personales, lo mismo que su liderazgo.

El liderazgo de Quique Antún es una realidad incontrovertible, es un liderazgo robusto y creciente, inspirado en los postulados del pensamiento de Joaquín Balaguer, fundamentado en el cristianismo, se propone hacer un nuevo partido para transformar la sociedad.

 Los miembros del grupo a menudo acuden al líder demócrata en busca de ayuda y orientación sobre un tema, ​​la que él, naturalmente, va a ofrecer. El líder a menudo es amable, accesible y confiable. El objetivo del liderazgo democrático es ayudar a otros a encontrar su propio potencial y utilizar sus habilidades de manera efectiva, y también animar activamente a otros a ser líderes.

 

Por Sergio Acevedo.