La nueva dirección del PRSC, encabezada por su presidente, ingeniero Federico Antún Batlle, no solo le ha impreso al partido una dinámica de cambio, sino también  que le ha conferido una dimensión cualitativa que ha motorizado el crecimiento, principalmente entre las mujeres y los jóvenes, lo que ha producido un salto cuantitativo que nos sitúas en condiciones optimas para competir en el torneo electoral del 2016.

 Por Sergio Acevedo

La nueva dirección del PRSC, encabezada por su presidente, ingeniero Federico Antún Batlle, no solo le ha impreso al partido una dinámica de cambio, sino también  que le ha conferido una dimensión cualitativa que ha motorizado el crecimiento, principalmente entre las mujeres y los jóvenes, lo que ha producido un salto cuantitativo que nos sitúa en condiciones optimas para competir en el torneo electoral del 2016.

Por primera vez el PRSC sabe hacia donde va, ya no estamos en presencia de un partido movido en base a consignas inspiradas en la figura monumental del líder esencialmente carismático, sino de un partido que transita hacia la excelencia operativa mediante el movimiento y ordenamiento adecuados de sus potencialidades en aras de lograr un posicionamiento que le depare la confianza frente al electorado y, al mismo tiempo, lo haga el representante genuino de sus demandas económicas y sociales.

El fenómeno está dando sus resultados positivos, el PRSC crece, se dinamiza, penetra en los sentimientos de la población y sube su simpatía entre los sectores que integran sus nichos principales, jóvenes y mujeres, convencido de que sus posibilidades están radicadas entre esos segmentos poblacionales que constituyen la mayoría de los electores reales y potenciales.

No hay destellos de improvisación, ni fulgores de esoterismo político en los avances que se ha logrado en tan poco tiempo en el PRSC, se trata de un fenómeno de gerencia y de estudio de la realidad. Quique Antún ha escarbado en las intríngulis de la población, ha comprendido sus necesidades, la urgencia de sus anhelos, por lo que ha diseñado un nuevo PRSC moderno, participativo, representativo, democrático, articulado y cohesionado internamente para lanzarse al ruedo de la acción política con todas las perspectivas de éxito.

Por encima de los pronósticos de nuestros adversarios, estamos creciendo y más allá de nuestras propias expectativas, porque por primera vez se le está presentando al electorado un partido de orientación conservadora, moderado en su dinámica, pero dotado de un intenso compromiso social y una identidad manifiesta de servir a los más pobre, a los ciudadanos preteridos del progreso, los más vulnerables indefensos.

Quique Antún llamó a los líderes de Santiago para que trabajen unidos para reconquistar esa plaza, tradicionalmente reformista. Pero ese llamado debe ser extensivo a todo el país. El reformismo tiene una oportunidad de oro que debemos aprovechar, la meta tiene que ser retornar al poder para emprender el camino hacia la transformación de nuestra sociedad. Tenemos que reedita el modelo de desarrollo de Balaguer, pero con nuevas perspectivas, adaptándolo a los nuevos tiempos, enriqueciéndolo sin que pierda su esencia humanista, comunitarista y de ferviente vocación hacia los pobres.

La lucha contra la pobreza y el desarrollo humano tendrá una expresión concreta en el país con el retorno del PRSC al poder. Los demás partidos del sistema han fracasado en ese empeño porque, a pesar de las grandes inversiones que han hecho en obras de infraestructuras, las mismas no han servido para democratizar el bienestar, sino que el mismo se ha quedado en pocas manos y esa situación ha ampliado el cuadro de la pobreza en República Dominicana. Mientras un grupito pequeño se ha llenado de riqueza, la población, mayoritariamente, se ha llenado de pobreza.

Quique está conduciendo al PRSC hacia un estadio de convencimiento de que somos la opción y la alternativa segura de cambios. Porque somos un partido rico de historia, de una historia de bienestar y progreso para los dominicanos que aún hoy no ha sido superado, a pesar de los inmensos recursos económicos que han manejados las otras fuerzas políticas.

Cuando Balaguer asumió el poder en 1966, la República Dominicana era una semi aldea destruida a consecuencia de los sucesos violentos de 1965, no teníamos recursos siquiera para pagar los pocos empleados públicos que existían, sin embargo, nuestro líder histórico emprendió una cruzada de trabajo que transformó el país desde el punto de vista económico-social y en sus años de gobierno construyó la infraestructura que ha servido de base a nuestro desarrollo actual.

Balaguer obró con ahínco, valor y decisión, derribó cuantos obstáculos se oponían al bienestar colectivo, e hizo el milagro con un presupuesto extremadamente pobre y sin empeñar el futuro del país ante los organismos crediticios internacionales, todo lo hizo con el ahorro interno. Para ilustración podemos afirmar que el presupuesto correspondiente al presente año, supera en más de un 25% a la suma de los presupuestos que manejó Balaguer en sus 22 años de gobierno, lo que demuestra la genialidad administrativa del líder histórico.

Quique Antún es un discípulo prominente de esa escuela de eficiencia y austeridad, con el modelo será enriquecido y eficientizado con las nuevas tecnologías, pero sin alterar su carácter frugal y justo en su empeño de hacer un nuevo partido, para una nueva República.