La Compañía de Jesús en la República Dominicana, denunció hoy que la corrupción ha calado de tal manera en el país, que “ha permeado todas las estructuras sociales”, al tiempo que señala que dicha práctica rompe de manera directa con el proyecto de Dios para la humanidad.

En un documento que firma el reverendo padre Javier Vidal, en representación de la orden para la Provincia de las Antillas, dice que la corrupción hace que las relaciones entre las personas y las cosas se transformen en espacio de explotación y muerte, especialmente cuando se establece una relación idólatra con el dinero y el poder.

En esa virtud, plantea que la corrupción “nos deshumaniza” y nos transforma en seres alejados del sueño de Dios para la humanidad.

La Compañía de Jesús en la República Dominicana, denunció hoy que la corrupción ha calado de tal manera en el país, que “ha permeado todas las estructuras sociales”, al tiempo que señala que dicha práctica rompe de manera directa con el proyecto de Dios para la humanidad.

En un documento que firma el reverendo padre Javier Vidal, en representación de la orden para la Provincia de las Antillas, dice que la corrupción hace que las relaciones entre las personas y las cosas se transformen en espacio de explotación y muerte, especialmente cuando se establece una relación idólatra con el dinero y el poder.

En esa virtud, plantea que la corrupción “nos deshumaniza” y nos transforma en seres alejados del sueño de Dios para la humanidad.

Por otro lado, el prelado señala que la impunidad “es el caldo de cultivo para una cultura de corrupción”. “No podemos continuar con un sistema jurídico, político y económico que fomente la impunidad de aquellos que delinquen porque, según expresa, “es lo que corroe todo propósito de enmienda como persona y como país”.

“No debemos poner paños tibios ni minimizar los actos de corrupción ni de impunidad porque ello es robarle la posibilidad a las generaciones presentes y futuras de un mundo más justo y humano, signi8fica apostar por una cultura de muerte donde el robo, los sobornos, el aprovechamiento de los recursos del Estado y la explotación indiscriminada de nuestros recursos humanos, económicos y naturales sean la manera de vivir”.

“Queremos vivir en un país donde haya vida en abundancia para todos”. Dice el documento que la circunstancia de que la corrupción en República Dominicana haya alcanzado una dimensión estructural, no quiere decir que sea razón para desanimarnos o caer en conformismos, ya que esto solo nos empujaría al desentendimiento y a la irresponsabilidad social, dejando el campo abierto a la libre acción de aquellos que fomentan la corrupción y la impunidad”. Expresa.

Dice la orden eclesiástica que no se puede renunciar a “nuestra responsabilidad en la transformación de nuestra realidad nacional, los Jesuitas queremos seguir unidos y trabajar junto a aquellos que apuestan a un país distinto donde imperen las relaciones justas y la institucionalidad, donde haya un sistema judicial y político que condene la corrupción y se valore el régimen de consecuencia.

“Nosotros podemos unirnos como nación para vencer este flagelo que no solo crea enormes brechas de desigualdad, sino que también destruye consigo la vida de los más vulnerables”. Exclamó.

La congregación expresó su confianza de que se puede trabajar como nación por una educación de calidad y en valores, por un trabajo digno para todos, por un sistema de salud accesible, de calidad y humano, por el respeto a los derechos humanos y ciudadanos, por la equidad en las oportunidades, por una reforma del poder judicial que permita una justicia verdaderamente imparcial y por una ley de partidos que ayude a potenciar, articular y confiar en nuestro sistema electoral y democrático, dando así voz a todos los actores sociales que confluyen en el país.

El documento de la Compañía de Jesús, reitera el compromiso de la orden al magisterio social de la iglesia, así como los mensajes de los obispos y el profundo amor por el pueblo, se adhiere a la lucha de todas las organizaciones sociales que trabajan y luchan por un país mejor para todos.

El Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), desde su fundación, ha estado comprometido en la lucha por la mejoría social y el desarrollo espiritual de todos los ciudadanos, y ha dejado claro su preferencia en elevar las condiciones de vida de los ciudadanos más vulnerables y excluidos.

Tanto Balaguer, como Quique Antùn, han matizado toda su trayectoria política no sólo haciendo suya esas prédicas, sino llevándolas a la prácticas en su estadía en posiciones de poder.