En medio de una campaña de cuestionamientos públicos a la monarquía, de los cuales no están exentos familiares cercanos a la realeza, el Rey Juan Carlos I, abdicó al trono de España a favor de su hijo mayor Don Felipe de Borbón, en el momento en que las encuestas otorgan los más bajos niveles de simpatía a la familia real.

 Varios escándalos públicos han contribuido a afectar de manera sensible la popularidad de la Corona, así como la del propio monarca, quien desempeñó un papel protagónico en la transición democrática, luego del fallecimiento del dictador de manos duras, Don Francisco Franco, en 1975.

 Felipe VI, nombre que llevará el heredero del trono español una vez asuma las funciones de Rey, es el primogénito de Don Juan Carlos de Borbón, quien estuvo preparando a su sucesor con toda la rigurosidad del hombre de Estado, procurando que la transición se produzca de manera ordenada y con apego a las normas establecidas conforme a la Constitución vigente.

El nuevo rey, Don Felipe VI, nació en 1968, está casado con  la periodista Leticia Ortíz, nacida en 1972, e hija de una familia de clase media. La pareja ha procreado dos niñas Leonor, nacida en el año 2005 y Sofía, en el 2007, nombre de esta última puesto en honor a su abuela, la reina Sofía de Borbón en virtud de su matrimonio con Juan Carlos I. Cuando nació la reina (1938), sus padres la bautizaron con el nombre de Sofía Margarita Victoria Federica, princesa de Grecia y Dinamarca.

En medio de una campaña de cuestionamientos públicos a la monarquía, de los cuales no están exentos familiares cercanos a la realeza, el Rey Juan Carlos I, abdicó al trono de España a favor de su hijo mayor Don Felipe de Borbón, en el momento en que las encuestas otorgan los más bajos niveles de simpatía a la familia real.

 Varios escándalos públicos han contribuido a afectar de manera sensible la popularidad de la Corona, así como la del propio monarca, quien desempeñó un papel protagónico en la transición democrática, luego del fallecimiento del dictador de manos duras, Don Francisco Franco, en 1975.

 Felipe VI, nombre que llevará el heredero del trono español una vez asuma las funciones de Rey, es el primogénito de Don Juan Carlos de Borbón, quien estuvo preparando a su sucesor con toda la rigurosidad del hombre de Estado, procurando que la transición se produzca de manera ordenada y con apego a las normas establecidas conforme a la Constitución vigente.

Tras casi 40 años de reinado y en medio de la crisis económica mas aguda que ha tenido España después de la dictadura,  y afectado por varios quebrantos de salud, Juan Pablo I consideró que “ha llegado el tiempo de entregar a una nueva generación –más joven, con mucha energía- que pueda, con determinación asumir y llevar a cabo los cambios que la actual situación demanda y que pueda enfrentar con intensidad y determinación los problemas del mañana”.

“La larga y profunda crisis económica que estamos atravesando ha dejado muchas cicatrices socialmente, pero también ha apuntado hacia un futuro de esperanza. Es tiempo de preparar y allanar el camino para que el que está en mejores condiciones pueda continuar”, el Príncipe Felipe es estable y tiene la madurez, la preparación y el sentido de responsabilidad necesario para servir como rey y para dar lugar a una nueva etapa de esperanza mediante su experiencia y el impulso de una nueva generación”.  Exclamó.

Mientras tanto, es cada vez más creciente la demanda de diversos sectores de la población, encabezados por grupos de izquierda, para que se celebre un referéndum destinado a consultar a la nación para eliminar la Monarquía del sistema político español y en demanda de la instauración de la República, aspiración latente en una buena parte de la población y que fuera la causa de la guerra civil de 1936 que produjo cerca de un millón de muertos y la instauración de la dictadura de Franco, la que se prolongó por 40 años.

Sin embargo, no existe la menor duda de que la institución se mantendrá vigente en virtud de que para cambiar el sistema sería necesario la modificación de la Constitución, lo que resulta improbable debido al fuerte respaldo que le conceden los dos partidos mayoritarios del país, esto son el Partido Popular y el Partido Socialista Español, ambas fuerzas determinantes en la vida política del país.

La proclamación de Felipe VI está prevista para mediado de junio en una reunión solemne de las Cortes, aunque para ello será necesaria la aprobación de una ley que regule la sucesión, dado a la inexistencia de norma alguna en ese sentido. El gobierno prepara el proyecto a toda prisa y se da por descontado que el mismo será aprobado de urgencia tan pronto sea depositado en el Hemiciclo.

La abdicación del Rey Juan Carlos I, y la ascensión de su hijo Felipe VI, garantiza la vigencia de la Corona por muchos años, será un apreciable aporte de la democracia Española y abre una ventana de esperanza para solucionar la grave crisis económica que afecta a la nación desde hace años.

Por Sergio Acevedo