Por Sergio Acevedo.

La alianza política suscrita entre el Partido Reformista Social Cristiano y el Partido Revolucionario Moderno, constituye el paso de mayor relevancia y  trascendencia efectuado por la clase política del país, para poner fin al estado de vileza institucional que vive la República durante la gestión peledeista, la cual se ha caracterizado por la implementación de un modelo de gobierno corrupto, consumista, asistencialista, entrega del patrimonio público, violencia, inseguridad y una autentica descomposición  de la vida ciudadana.

Por Sergio Acevedo.

La alianza política suscrita entre el Partido Reformista Social Cristiano y el Partido Revolucionario Moderno, constituye el paso de mayor relevancia y  trascendencia efectuado por la clase política del país, para poner fin al estado de vileza institucional que vive la República durante la gestión peledeista, la cual se ha caracterizado por la implementación de un modelo de gobierno corrupto, consumista, asistencialista, entrega del patrimonio público, violencia, inseguridad y una autentica descomposición  de la vida ciudadana.

El acuerdo entre ambas fuerzas políticas resulta mutuamente conveniente, debido a que los dos partidos se benefician del mismo y, de manera fundamental, el país dado a que crea la plataforma política que habrá de vencer los aprestos reeleccionistas del PLD, y establece un auténtico mecanismo de poder que marcarán el inicio de una nueva era que nos va a permitir enfrentar exitosamente el drama social y económico que padecemos los dominicanos desde la asunción al poder del grupo mandante.

El genio táctico y estratégico de Quique Antún, se pone de manifiesto, una vez más, y no solo nos brinda una plataforma formidable para sacar al PLD del gobierno, sino que será el agrupamiento político que nos permitirá efectuar los cambios estructurales necesarios para modificar el cuadro que nos agobia y nos mantiene postergados como país, ya que este y el anterior gobierno no han sido capaces de resolver ni uno solo de los problemas nacionales, sino que han utilizado el poder para enriquecerse de manera escandalosa y para endeudarnos de manera insostenible.

Quique Antun nos ha liberado de las garras insaciables del PLD y nos ha dado una independencia funcional que va a crear las condiciones reales para que nuestro partido retorne al poder. Resulta imposible la llegada al gobierno de un partido, no importa sus características políticas o doctrinarias, mientras se mantenga asido a las limosnas proporcionadas por otro que ha demostrado fehacientemente su voracidad y su decisión de tragarnos como institución para ocupar el espacio político nuestro, espacio que ha sido construido en base al coraje y el sacrificio de tantos dominicanos patriotas, con Joaquín Balaguer a la cabeza, y en condiciones realmente dramáticas por los peligros que tuvieron que enfrentar esos compatriotas.

Quique Antùn demuestra su patriotismo, su acendrada devoción a la causa de la República, que los intereses del PRSC y del país están muy por encima de sus ambiciones personales, que su decisión de rescatar al reformismo es firme, porque el país precisa construir una nueva mayoría para el cambio social que nos permita a todos disfrutar de sus riquezas, sin exclusiones vergonzosas.

El pacto del PRSC con el PRM, tiene una arquitectura que habrá de gravitar positivamente, tanto para el presente, como para el futuro. En lo inmediato nos permitirá consolidar un poder congresional y municipal amplio, diverso, plural, que será un elemento de fiscalización y una barrera de contención de los posibles excesos de los demás poderes y, en el futuro, nos va a permitir nuestra independencia y el poder para trabajar por nuestro retorno al mando, sin el temor de que podamos perder nuestras propias esencias de partido de centro, pero con una arraigada vocación social y una decidida identidad por los pobres.

Ninguno de los dos partidos personificados en la alianza puede abrigar el más mínimo temor de ser absorbido, porque se trata de entidades política e ideológicamente definidas, con un espacio de amplia trayectoria, ganado al fragor de la lucha por la democracia y la libertad.

Y el país será el mayor beneficiado, debido a que esa coalición está fundamentada en un  programa social y económico que va a permitir atacar los ingentes problemas que afectan a la República desde hace décadas, sin que los gobiernos sucesivos hayan hecho nada para resolverlos.

El genio político de Quique Antùn, su inmensa capacidad de trabajo, su vocación de servicio y su desprendimiento personal, se han puesto de manifiesto nueva vez con esta fecunda alianza, base y fundamento de un cambio social y un ingrediente formidable de liberación. Nuestro partido habrá de estar eternamente agradecido de su líder, porque se trata de un dirigente que nos está conduciendo al reencuentro con nuestras raíces y a la reconquista del poder para transformar la República.