Por Sergio Acevedo.
El fenómeno político en la República Dominicana está signado por la presencia de actores que han invadido las instituciones funcionales y no sólo han puesto en peligro nuestra débil democracia, sino también la propia existencia del país, el cual está aquejado de múltiples males que no encuentran soluciones, a pesar de las bondades que se venden a través de los medios de comunicación los cuales han sido permeados y comprados, en gran medida, por el gobierno para difundir mentiras y para publicar supuestos logros de un régimen que nos está conduciendo hacia el abismo.
La doble moral impera en la política, lo mismo que en diversas instituciones civiles diseminadas en todo el tejido social. Los sueños de los ciudadanos se esfuman debido a que la dinámica de la sociedad está fundamentada en las reglas del mercado, lo que hace que debido al afán de lucros y de riquezas rápida, todos los convencionalismos sociales estén regidos por normas de consumo.
Por Sergio Acevedo.
El fenómeno político en la República Dominicana está signado por la presencia de actores que han invadido las instituciones funcionales y no sólo han puesto en peligro nuestra débil democracia, sino también la propia existencia del país, el cual está aquejado de múltiples males que no encuentran soluciones, a pesar de las bondades que se venden a través de los medios de comunicación los cuales han sido permeados y comprados, en gran medida, por el gobierno para difundir mentiras y para publicar supuestos logros de un régimen que nos está conduciendo hacia el abismo.
La doble moral impera en la política, lo mismo que en diversas instituciones civiles diseminadas en todo el tejido social. Los sueños de los ciudadanos se esfuman debido a que la dinámica de la sociedad está fundamentada en las reglas del mercado, lo que hace que debido al afán de lucros y de riquezas rápida, todos los convencionalismos sociales estén regidos por normas de consumo.
El fenómeno se advierte con mayor claridad de todo cuanto acontece desde la propia cúpula del partido oficial, el cual no ha tenido ningún reparo en utilizar los recursos públicos de manera abusiva para su perpetuación en el poder, desde el cual opera como un verdadero cartel político y económico.
Al abandonar los principios que enarboló desde su fundación y como consecuencia de su llegada al poder a un precio de lotería, el grupo oficial que asumió el poder se dedicó a la acumulación de riquezas sin detenerse ante ninguna modalidad de corrupción, lo que le permitió agenciarse recursos en tal cantidad que hoy día compiten y superan a las viejas familias tradicionales que han mantenido su patrimonio gracias al trabajo de siglos.
Renunciaron a todos los presupuestos ideológicos, a los escrúpulos sociales y han logrado establecer un grupo corrupto de poder, cuya influencia ha permeado la vida cotidiana del país, así como sus instituciones, en un afán poco disimulado de perpetuarse el poder a como sea de lugar.
De todas las instituciones que han sucumbido bajo el patrocinio de la corrupción oficial, han sido los partidos los que proyectan mayor gravedad por ser esta institución la que tiene mayor trascendencia en la vida del país dado a su capacidad de representación y de legitimación de los poderes públicos.
Luego están los medios de comunicación, de los cuales una buena parte han sucumbido ante el boato y han abandonado su misión de informar con imparcialidad y veracidad los acontecimientos. En el plano político está sucediendo que los comunicadores bocinas siempre comentan positivamente toda información emanada del gobierno, sin embargo, de manera contraria, tergiversan y desdibujan los planteamientos de la oposición, a la cual todo el grupo pretende proyectar como inepta, conforme al libreto trazado desde la fila oficial.
En lo que respeta al PRSC, desde su seno su libra una batalla ciclópea, encabezada por su líder Quique Antún, para mantener la independencia de la entidad y para encausarla por las vías del crecimiento en busca del posicionamiento que le permita cumplir con sus principios y con su gran misión histórica de impulsar los cambios sociales necesarios para promover el desarrollo y combatir la pobreza en el país.
El gobierno está motorizando acciones deleznables con el propósito fallido de terminar de tragarse nuestro partido, tarea que inició desde el mismo día de su ascensión al poder, gracias a la generosidad de Balaguer y los reformistas, puesto que de no ser por la benevolencia del líder histórico, los peledeistas estuvieran todavía caminando a pie y vendiendo periodiquitos y haciendo rifitas para sostenerse.
Y en sus maquinaciones perversas, como es su estilo, han sonsacado a algunos dirigentes incoloros, inodoros e insípidos, cuya doble moral los impulsa a actuar de manera dubitativa, mientras proclamar su reformismo trasnochado, hacen causa común con nuestros adversarios para contrariar las líneas trazadas por la organización por medio de sus organismos representativos.
Se trata de punza de lanza clavada en nuestro partido por traidores y logreros que en su afán de grandeza y sus aspiraciones desmedidas y a destiempo, se comportan de manera vil, desdorosa, famélica y torpe, porque no saben que de la única manera viable para llegar a satisfacer sus aspiraciones es mediante el fortalecimiento del PRSC, fuera de ahí no hay posibilidad alguna.
La doble moral no reditúa, lo que vende es el trabajo, la lealtad, la honestidad. ¿Cómo puede un aspirante a la presidencia decir un discurso en público oponiéndose en el Congreso a la aprobación del Presupuesto nacional, cuando anteriormente firmó positivamente, junto con los legisladores peledeistas, el informe de la Comisión Especial que recomendó a unanimidad su aprobación en el hemiciclo?.
Este país no solo reclama que sus políticos sean coherentes, sino también transparentes.