“Capturar tierras y ciudades, y no consolidar esos logros puede ser tomado como una pérdida de recursos y tiempo” Sun Tzu.
En las elecciones de medio término del 2006 trabajando para un candidato a Senador en el interior del país (Rep. Dom.) me decía con mucho fervor que él quería ganar con muchos votos y que por eso no podía concentrarse en aéreas específicas, sino que tenía que tener presencia en todas partes; el hecho de que entendiera que una elección se gana solo con un voto más que el competidor más cercano, no fue tarea fácil.
“Capturar tierras y ciudades, y no consolidar esos logros puede ser tomado como una pérdida de recursos y tiempo” Sun Tzu
En las elecciones de medio término del 2006 trabajando para un candidato a Senador en el interior del país (Rep. Dom.) me decía con mucho fervor que él quería ganar con muchos votos y que por eso no podía concentrarse en aéreas específicas, sino que tenía que tener presencia en todas partes; el hecho de que entendiera que una elección se gana solo con un voto más que el competidor más cercano, no fue tarea fácil.
Nuestro trabajo en ese momento era determinar con cuantos votos se ganaba esa elección y luego dentro del universo de electores, segmentar por conglomerados y seleccionar los más afines a nuestra propuesta; para esto utilizamos la herramienta de micro-segmentación por el cual podemos predecir cuales votantes necesitamos persuadir para ganar una elección y de un análisis de estadística electoral que nos permite saber cuántos votantes necesitamos para ganar la elección. No podemos hacer campaña para todo el universo de votantes, sino solo para el número de votantes que nos den la victoria, y aquí se aplica el dicho “es mejor pájaro en mano que cientos volando”.
El objeto de la estadística electoral es proporcionar un análisis descriptivo de los resultados electorales, del número de votantes en las últimas elecciones, del sexo, abstencionismo, votación por partidos, fuerza electoral partidaria por zonas específicas, la participación por provincia o región; y todos aquellos datos que sean sujeto de cuantificación, en una elección en particular, no solamente en función de la historia electoral de una población determinada, sino también para efectos de análisis probabilístico, que ayude a establecer la conducta futura y el voto meta de la elección.
Una estrategia de campaña parte de saber con cuantos votos se gana la elección, esto es lo que llamamos VOTO META. Una vez determinado nuestro voto meta, comenzamos a contar. Primero cual es mi voto de arranque, ósea con cuantos votos cuento en el momento y cuantos debo salir a conquistar. En cualquier campaña electoral existen solamente tres tipos de votantes: 1- Los votantes duros a tu favor; 2- Los votantes duros a favor de tus contrarios; y 3- Los votantes indecisos. De este principio parte toda la estrategia de la campaña, lo que significa que debemos definir la táctica para cada segmento. Por ejemplo si para ganar la elección necesitamos 5000 votos, lo primero es determinar con cuantos votos contamos y si no son suficientes, entonces determinar cuántos indecisos necesitamos captar y si no son suficientes, cuantos duros contrarios debemos persuadir. La estrategia debe ser siempre con el mayor alcance en función de nuestro objetivo.
Hay objetivos claros para cada tipo de votantes. Por ejemplo para los votantes duros a su favor usted debe pastorear esos votantes y asegurarse de llevarlos a votar el día de la elección, muchas veces se comete el error de creer que ya son nuestro y caemos en descuido, recuerde que simpatía no es voto. Para los votantes indecisos desarrollar un trabajo arduo de ubicación, convencimiento, motivación y compromiso de votar por su opción el día de la elección. Y para los votantes duros de los oponentes la tarea es tratar de disuadirlos y ponerlos a dudar. De todas estas tareas la más fácil es mantener los que nos apoyan.
Muchas veces se gastan grandes recursos en concitar simpatías y se falla en amarrar los votos necesarios para ganar. De manera que una buena estrategia de campaña está regida por la cantidad de votos que necesita para ganar la elección. Este principio es llamado LA MATEMATICA DE LA VICTORIA.
POR LEONARDO GIL.-