Por Sergio Acevedo.

La doctrina social de la iglesia aboga por la necesidad de salvar al hombre de todos los males que le afligen, dado a que este ser inconmensurable nació por voluntad divina para ser feliz.

No se circunscribe la iglesia a proclamar exclusivamente la salvación celestial, sino que busca incansablemente su realización plena como persona procurando la renovación de la sociedad, el ámbito único y natural en el cual el hombre puede cumplir sus cometidos trascendentes.

Por Sergio Acevedo.

La doctrina social de la iglesia aboga por la necesidad de salvar al hombre de todos los males que le afligen, dado a que este ser inconmensurable nació por voluntad divina para ser feliz.

No se circunscribe la iglesia a proclamar exclusivamente la salvación celestial, sino que busca incansablemente su realización plena como persona procurando la renovación de la sociedad, el ámbito único y natural en el cual el hombre puede cumplir sus cometidos trascendentes.

El hombre fue procreado para el goce de la felicidad, por ese motivo, Dios proveyó los medios y recursos necesarios para que pueda lograr su cometido. Le otorgó inteligencia, raciocinio, voluntad para renovar el medio y transformar la sociedad en provecho de su propio bienestar.

En la conmemoración de este Día Internacional de la Mujer, nos encontramos a la compañera del hombre en un estado de postergación social cada vez más acentuado. El país está aletargado ante la imposibilidad material de avanzar hacia la Igualdad y equidad de género, mientras persiste un estado de violencia que castra el desarrollo integral de las mujeres.

La sociedad, cuando es desigual e inequitativa, atenta contra el ideal de progreso que requieren, tanto el hombre, como la mujer, para ser persona, no contribuye a su desarrollo pleno, ni a su trascendencia, porque estas criaturas de Dios necesitan vivir en dignidad, por lo que se hace imprescindible que puedan contar con todos los bienes y servicios básicos necesarios para la vida moderna en sociedad.

La sociedad no puede oprimir ni al hombre, ni a la mujer, no puede desnaturalizarlos, apartarlos de su cometido, porque les niega el valor de dignidad sin el cual no podrá ejercer sus derechos, ni cumplir sus deberes. La dignidad es lo que convierte al ser humano  en persona, es un regalo de Dios que todos debemos defender con tesón. 

La lucha por la paz, la libertad, la justicia, al igual que por un techo, trabajo, educación, salud, etc, constituye un valor que le agrega dignidad al humano y, por lo tanto, lo hace persona.

En el proscenio de la vida, Dios creo al ser humano como hombre y mujer, hubiera sido terrible que el hombre solo tuviera por compañía a las plantas y los animales. “Sólo la aparición de la mujer, es decir, de un ser que es hueso de sus huesos y carne de su carne, y en quien vive igualmente el espíritu de Dios creador, puede satisfacer la exigencia de diálogo interpersonal que es vital para la existencia humana.

El hombre y la mujer tienen la misma dignidad y son de igual valor, no sólo porque ambos, en su diversidad, son imagen de Dios, sino, más profundamente aún, porque el dinamismo de reciprocidad que anima la pareja humana es imagen de Dios. El hombre y la mujer están en relación con los demás ante todo como custodios de sus vidas.

En este nuevo aniversario del Día Internacional de la Mujer, dedicamos esta página a aquellas que han sabido ser luz en medio de la oscuridad. Desde hacen muchos siglos la mujer ha venido siendo discriminada y relegada en una sociedad desigual que la somete a todo género de explotación y expoliación de sus derechos.

Vive presa de un orden social injusto que la posterga y la envilece, que no le ofrece garantía siquiera de derechos elementales que han sido logrados en el transcurso de su lucha milenaria, especialmente, aquellos derechos políticos que las alejan del poder y les impiden su participación en la toma de decisiones..

 Los avances logrados durante la gestión de nuestro líder histórico, doctor Joaquìn Balaguer, en el ámbito de la participación femenina, a pesar de que se  cambió el paradigma, al seleccionar, en su primer período de los Doce Años, 1966-1970, a damas que ocuparon el puesto de gobernadoras en las 26 provincias que existían en el país en ese momento, han venido retrotrayéndose debido a los manejos tortuosos y a las trapisondas del poder.

Balaguer ha sido el único hombre de Estado que ha diseñado una política real de apertura y reconocimiento al valor de la mujer en la promoción del bienestar y el desarrollo humano. No hubo áreas algunas de la maquinaria estatal, así como del partido de gobierno, en donde la mujeres no tuvieran un protagonismo estelar conforme a sus virtudes ciudadanas y a los aportes que realiza en la sociedad como propulsora del cambio y de la humanización política. Balaguer sentó un precedente histórico cuyos frutos fueron ostensibles.

Al líder emergente del Partido Reformista Social Cristiano, ingeniero Quique Antùn, le ha tocado el designio histórico de darle continuidad a esa visión humanista que tuvo Balaguer y que le permitió nutrirse de la colaboración de ese ser exquisito y supremo que es la mujer, la que no solo paseo su gracia por la administración pública, sino también su talento para emprender acciones en favor de la República.

Y, Quique ha asumido ese compromiso solemne, sin que nadie se lo diga, porque también èl tiene la participación de la mujer en la actividad política como un deber sagrado anidado en sus sentimientos y en su arsenal ideológico sostenido desde su encuentro con los fundamentos de la doctrina cristiana.

En su accionar político, Quique Antùn, ha demostrado que su condición de heredero de Balaguer no le viene como un regalo, sino que ha sido una condición ganada pulgada a pulgada en este escenario ríspido de la política partidaria, en donde ha tenido que vadear múltiples obstáculos, entre ellos, el hacha aleve de los que siempre le han envidiado que soñaron, erróneamente, que Balaguer los iba a premiar refrendándole su liderato, como si fuera el regalo de un carro o una finca.

Quique está situando en el lugar que le corresponde estar, porque se trata del reformista más capaz y trabajador, el que ha establecido su impronta de armador y carpintero políticos desde el mismo momento de su regreso de Puerto Rico donde se graduó de ingeniero, siendo un adolescente de melena abundante que desbordaba un gran carisma y un talento para desarrollar movimientos de táctica y estrategia, en un partido en que todo el mundo estaba rezagado esperando exclusivamente lo que decidiera Balaguer.

En este Día Internacional de la Mujer, tenemos que proclamar el acierto histórico de Balaguer en favor de la mujer, el cual ha sido reivindicado por Quique Antùn, porque “La mujer es la levadura que fermenta la vida y la historia”.