Por Sergio Acevedo.

Los resultados de la última encuesta presentada por la firma Gallup, en la que se presenta un posicionamiento de un  51.8% para el candidato del PLD, licenciado Danilo Medina, y un 35.7% para el candidato de la alianza PRM-PRSC, licenciado Luis Abinader, ha desatado un avispero en el interior del partido de gobierno toda vez que dichos resultados marcan de manera clara y contundente, el derrumbe del proyecto reeleccionista debido a su inconsistencia y al rechazo que siente la ciudadanía de un presidente desteñido que ha pretendido construir una fortaleza sobre la base de la demagogia y la mentira.

Por Sergio Acevedo.

Los resultados de la última encuesta presentada por la firma Gallup, en la que se presenta un posicionamiento de un  51.8% para el candidato del PLD, licenciado Danilo Medina, y un 35.7% para el candidato de la alianza PRM-PRSC, licenciado Luis Abinader, ha desatado un avispero en el interior del partido de gobierno toda vez que dichos resultados marcan de manera clara y contundente, el derrumbe del proyecto reeleccionista debido a su inconsistencia y al rechazo que siente la ciudadanía de un presidente desteñido que ha pretendido construir una fortaleza sobre la base de la demagogia y la mentira.

En efecto, la indicada casa encuestadora hace apenas 6 meses que presentó un estudio cuyos resultados para la fecha daba un posicionamiento a Danilo Medina de 62.6%, mientras que Abinader apenas tenía un 17.4% de aceptación en la intención de los votantes.

Esa diferencia tan notable de 45 puntos proyectaba de manera imbatible al candidato reeleccionista, sin embargo, en la medida que avanza el tiempo, la realidad nos indica que toda la fanfarria acerca de la popularidad de Danilo Medina no era más que el resultado de una campaña de manipulación mediática con el fin de proyectar una situación de fuerza irreal y, al mismo tiempo, crear una sensación de debilidad en la oposición, que tampoco es verdadera.

Porque la única que verdad marcada en la presente correlación de fuerzas, es que el proyecto reeleccionista se derrumba, que va en picada hacia el abismo, que hay una decisión irrevocable del país para salir del partido de gobierno y de su presidente, el cual no gobierna con ánimo de enfrentar los problemas tangibles de la nación, sino con el de pintar fantasías y sueños mediante un proceso de adormecimiento de la conciencia de los ciudadanos a través de los medios de comunicación comprados y por medio de encuestas groseramente manipuladas.

La verdad siempre sale a relucir, y esa verdad se viene expresando de manera clara en los últimos estudios publicados en todas las encuestas de trabajo realizadas por los partidos y por grupos de la sociedad civil. Estamos en medio de una tendencia que nos indica que el candidato a la reelección baja sus niveles de aceptación frente al electorado y, en ese mismo ritmo, el candidato de la alianza PRSC-PRM crece de manera vertiginosa marcando un cuadro que nos hace pensar que para fines del presente mes de Enero y principio de Febrero, habrá un empate en la competencia, lo que nos hace pronosticar el triunfo de la alianza encabezada por Luis Abinader, sino en la primera vuelta, lo será en la segunda, porque la verdad es que constituye un imperativo de la nación derrotar la reelección e iniciar un cambio verdadero en la vida del país.

Tenemos que derrotar la reelección con la fuerza del voto, porque así también derrotamos la corrupción, la impunidad, la inseguridad, el alto costo de la vida, la falta de empleos, la precariedad de la salud, la demagogia de una educación sin planes y sin programas que lanza por el sumidero cientos de miles de millones de pesos del erario público y que constituye una fuente primaria de los más bochornosos actos de corrupción.

Los reformistas estamos frente a un gran reto y ante una coyuntura irrepetible, porque formamos parte importante de una alianza que es el más formidable eje de poder para vencer la reelección e iniciar los cambios urgentes que demanda la república, pero al mismo tiempo, nos brinda la oportunidad de preservar nuestro partido como una fuerza poderosa para defender la democracia, al tiempo que nos fortalecemos para nuestro retorno al poder.

Tenemos, en consecuencia, que trabajar arduamente, sin descanso, porque tenemos a un contrincante sin escrúpulos que hará cuantas artimañas le sean dables para mantenerse en el poder, incluso, utilizando procedimientos no democráticos, ni éticos.

La reelección es una bestia que está herida de muerte, y eso lo saben los propios reeleccionistas, y no hay duda de que en su agonía salvaje se tornará más peligrosa, razón por la cual debemos renovar nuestros bríos para cerrarle el paso a la bestia. Hay que salir a buscar los votos en todos los rincones de nuestra geografía porque cada voto en favor del candidato reformista Luis Abinader, es un pedazo de nuestra soberanía, de nuestra libertad, de nuestro progreso y del cambio que todos anhelamos.