Por Sergio Acevedo.

La sucesión de eventos que habrán de realizarse en el seno del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), con miras a la celebración de la Asamblea Nacional, en enero del 2018, revela una postura auspiciosa y una notable apertura de su presidente, Quique Antún, en la línea de buscar fórmulas eficaces orientadas hacia la incorporación de los reformistas que, violentando decisiones legítimas de los órganos formales del PRSC, se lanzaron a respaldar al partido de gobierno en las pasadas elecciones.

Por Sergio Acevedo.

La sucesión de eventos que habrán de realizarse en el seno del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), con miras a la celebración de la Asamblea Nacional, en enero del 2018, revela una postura auspiciosa y una notable apertura de su presidente, Quique Antún, en la línea de buscar fórmulas eficaces orientadas hacia la incorporación de los reformistas que, violentando decisiones legítimas de los órganos formales del PRSC, se lanzaron a respaldar al partido de gobierno en las pasadas elecciones.

La incorporación de los disidentes obedece a una resolución adoptada por el Tribunal Superior Electoral, y las autoridades legítimas del partido la han obedecido, muy a pesar de que en el asunto se vislumbra una actitud del oficialismo de favorecer los intereses del grupo rebelde, como ha acontecido con otros partidos y con el propio PRSC, partido al cual dicho tribunal despojó de la casilla 3 en el orden electoral, no obstante haber sido favorecido con el voto popular por un número elevado de sufragios por encima del partido beneficiado con esa ignominia jurídica.

Es de esperarse que con la integración, el grupo beligerante se aboque a la realización de una labor de zapa con el fin de poner obstáculos a la labor ingente que vienen realizando los actuales directivos del PRSC, con el ingeniero Antún a la cabeza, ya que no hay que ser muy listo para saber que la arremetida del gobierno contra el PRSC se inició desde poco después de concluir el torneo electoral y que ha sido remachada con las resoluciones del TSE, las que van en la dirección de violentar el ordenamiento interno en un partido independiente, cuyas decisiones estan marcadas dentro de lo estipulados por sus estatutos y la Ley Electoral.

Hay que estar preparado para lo que viene, y no dudo que la alta dirección del PRSC esté consciente de las amenazas que penden en el ambiente, incluso con otros partidos de oposición, especialmente el PRM, del cual Quique Antún denunció una trama para hacerlo desaparecer.

En efecto, la situación del PLD y de sus principales líderes es dramática e infortunada a consecuencia de la explosión del sonado caso de Odebrecht, ya que el mismo ha retratado de cuerpo entero el manejo ruinoso  que tuvo el gobierno con dicha empresa, en la cual se cultivaron los más escandalosos atisbos de corrupción reconocidos por la propia empresa, y que delatan la complicidad de todo el estamento estatal en la madeja de corrupción que expresada en sobornos, sobrevaluaciones de las obras, alteraciones de resultados en los “concursos” en beneficio de dicha empresa, y otros elementos perniciosos en contra de la nación.

Fue precisamente de la sobrevaluación de las obras que el oficialismo ha logrado realizar todas sus tratativas para mantenerse en el poder a como dé lugar: compraron a comunicadores, a líderes políticos, a medios de comunicación. Destruyeron partidos emblemáticos y de amplia trayectoria democrática, produjeron escisiones en otros para debilitarlos, manipularon el proceso electoral desde la JCE, compraron cientos de miles de cédulas a la vista de todo el mundo, saturaron el país de propaganda avasallando a la oposición y utilizaron los organismos arbitrales para fijarse una victoria ilegítima que fue el producto de una programación de los equipos millonarios que se compró solo para validar el “triunfo” de Danilo.

El panorama no favorece para nada las expectativas del PLD para el 2020 debido a que Odebrecht regurgitó toda la podredumbre del oficialismo y, de ese modo, salieron toda las malas prácticas que se acuñaron desde el poder y que han servido de alfombra al partido oficial para exhibirse como un pavo real ante la población, presentando una fuerza que no es propia, sino fruto de la corrupción y de la impunidad que corroe el cuerpo del sistema político en la República Dominicana.

Las elecciones del 2020 serán cruciales para perfilar un modelo de país en el cual las instituciones estén erigidas para servir a todos los dominicanos por igual. La oposición tiene que prepararse para resistir las embestidas y para salir airosa de esa prueba vital para la supervivencia del sistema político democrático y para la paz que todos anhelamos.

El gobierno desde ya está conspirando contra ese propósito, y está utilizando su fuerza para golpear a la oposición, especialmente a nuestro PRSC y al PRM, partidos que cuentan con la capacidad suficiente que les permita encabezar un gobierno nuevo y propiciar los cambios que el sistema requiere para la promoción del desarrollo y mantener la vigencia y fortalecimiento del sistema.

El gobierno ha demostrado que no tiene escrúpulos en hacer lo que tenga que hacer para mantenerse en el poder, y nadie debe extrañarse que su potente puño golpee sin remilgos y directamente a quienes se le opongan, porque se trata de gente que carecen de cultura democrática.

Lo que se impone es la unidad de las fuerzas balagueristas, hay que buscar un mecanismo que facilite la incorporación de todos, los que están, los que se fueron y los que ya tiene tienda aparte. En estos momentos cruciales para el país, el fervor patriótico de los reformistas debe manifestarse con ardor para que la llama del espíritu y los postulados de Balaguer quemen nuestros corazones y nos induzcan a revivir las jornadas de luchas de antaño, correspondiendo al llamado de la patria.

Tenemos que erigir la plataforma del cambio, para que en el 2020 haya un nuevo amanecer en nuestra amada tierra.