El trabajo de la juventud en los partidos políticos, resulta esencial para la regeneración democrática de esas organizaciones, lo mismo que para promover la participación de las nuevas generaciones en la vida pública. De esa forma el partido se va nutriendo de nuevos valores que le infunden vida y dinamismo a sus acciones, al tiempo que la democracia se fortalece al abrirse nuevo s caminos de participación para la generación emergente.
Por Sergio Acevedo.
El trabajo de la juventud en los partidos políticos, resulta esencial para la regeneración democrática de esas organizaciones, lo mismo que para promover la participación de las nuevas generaciones en la vida pública. De esa forma el partido se va nutriendo de nuevos valores que le infunden vida y dinamismo a sus acciones, al tiempo que la democracia se fortalece al abrirse nuevo s caminos de participación para la generación emergente.
Aunque las organizaciones juveniles en los partidos son permanentes, sus líderes ocupan lugares transitorios en la estructura, puesto que esos grupos son la puerta de entrada a la institución de nuevo núcleos humanos y la vía para que los jóvenes se ejerciten y aprendan el arte de la política. Los dirigentes juveniles tienen una estadía cronometrada en el tiempo, al cabo de cumplir determinados años, los muchachos son promovidos a las posiciones adultas.
En ese momento se da inicio a la etapa de las aspiraciones, regularmente se comienza con posiciones en los órganos de dirección del partido y, luego, se aspiran a posiciones electivas dentro del ordenamiento democrático del país. No es casual que muchos de los líderes juveniles que conocemos en los congresos y seminarios internacionales, al cabo de poco tiempo resultan electos a cargos congresuales, municipales y hasta de presidentes.
Una gran cantidad de amigos de Quique en Latinoamérica han sido presidentes en sus países. Nosotros mismos, que no hemos tenido tan alto protagonismos, coincidimos y compartimos con José Marìa Aznar antes de ser presidente de España, lo mismo que con Vinicio Cerezo, en eventos internacionales.
En el Partido Reformista Social Cristiano existe en la actualidad una ola de jóvenes que están ingresando a sus filas con ánimo de trabajar por el partido y por el país. El entusiasmo es desbordante y se cuentan por ciento de miles los jóvenes que se han inscrito para participar en las elecciones primarias en las cuales serán elegidos los directivos de la Juventud Reformista Social Cristiana, para los próximos 4 años.
El entusiasmo que se advierte en los muchachos que aspiran a dirigir la entidad juvenil, solo es comparado con el vivido en 1986 con el ingreso de miles de jóvenes de clase media que se empoderaron del PRSC y trabajaron con fervor y sin descanso para llevar a nuestro líder histórico, Joaquín Balaguer, de nuevo al poder, en un retorno realmente prodigioso.
El entusiasmo por participar es tan notable, que la alta dirigencia del PRSC tuvo que extender el plazo de inscripción, para facilitar la acreditación de muchos otros jóvenes que desean participar y hacer carrera política desde las filas del PRSC.
Sin embargo, debo aconsejar a esos jóvenes promisorios que no deben desesperarse en el afán de ascender a la posición máxima de la juventud, que lo que conviene a la organización es que de alguna manera se produzca un consenso, porque para nadie es un secreto que el partido está en una etapa de renovación y cambios que requiere que la fuerza vital de su gente no se diluya en conflictos por un cargo específico, porque la verdad resplandeciente es que hay cargos importante para todos, conforme al nuevo esquema que está desarrollando Quique.
La tarea fundamental es completar el proceso de construcción del nuevo partido, tarea en la cual debemos de estar todos involucrados, luego, la juventud jugará su rol activo y permanente, generando los espacios para el debate y la participación libre y eficaz, lo que será de gran aporte para el desarrollo político, social, económico y cultural del país.
En estos tiempos de crisis en el sistema de partido y de desprestigio de las instituciones públicas, tenemos que incentivar y promover la participación de los jóvenes en la vida de los partidos políticos, la tarea es fundamental porque es la única previsible dentro del ámbito democrático para cambiar y mejorar la sociedad.
Los jóvenes están en la obligación de prepararse para gobernar, tiene que estar dotados de conocimientos en todos los ámbitos del saber, pero tienen, antes que nada, que construir el instrumento de ascensión, sin el cual no será posible lograr las metas. El partido es la puerta para llegar al poder, pero también es el instrumento de generación de cambios válidos en una sociedad democrática que camina hacia la conquista del bien común.