Por Sergio Acevedo.

Denominar como disidentes a los antiguos reformistas que han respaldado las aspiraciones reeleccionistas de Danilo Medina, constituye una blasfemia y una deformación del término, por cuanto no es posible aplicar el concepto a la postura asumida por los renegados, la que se inscribe en una mera actitud oportunista cuya impronta no es otra que la de preservar los escandalosos privilegios que reciben desde las posiciones que ocupan en el tren administrativo.

Por Sergio Acevedo.

Denominar como disidentes a los antiguos reformistas que han respaldado las aspiraciones reeleccionistas de Danilo Medina, constituye una blasfemia y una deformación del término, por cuanto no es posible aplicar el concepto a la postura asumida por los renegados, la que se inscribe en una mera actitud oportunista cuya impronta no es otra que la de preservar los escandalosos privilegios que reciben desde las posiciones que ocupan en el tren administrativo.

Se trata de gente que desde hace años vienen explotando su antigua militancia reformista, usufructuando posiciones públicas importantes que debieron de haber estado en manos de los miembros de nuestro partido que laboran incansablemente por mantener incólume nuestra presencia como entidad política y nuestra adherencia irrevocable a los postulados del pensamiento balaguerista y al legado político del líder.

Todos, sin ninguna excepción, son personas cuya fuerza radica en el cargo, sus influencias políticas resultan nulas porque las posiciones que ocupan son fuentes primarias de acumulación y de generación de privilegios de los cuales disfrutan familiares y amigos, mientras los reformistas que salen a buscar los votos languidecen rumiando su dolor ante la impotencia de que muchas veces no encuentran un mendrugo de pan para llevar a sus hijos.

La disidencia tiene una connotación esencialmente política e ideológica, que no es el caso de los que se fueron. Estos solo persiguen mantener los grandes sueldos que disfrutan y para ellos han violentado decisiones legítimas de nuestro partido que han sido adoptadas por los organismos competentes de conformidad con las normas estatutarias.

El PRSC, en su momento, habrá de tomar medidas de sanción a ese grupo que, si bien no han podido poner en peligro la línea programática de la organización debido a su insignificante influencia en las filas del partido, no deja de ser preocupante por las influencias negativas que generan ese  foco de rebeldía y de oportunismo.

La historia de la humanidad es rica en presentarnos movimientos disidentes que se han producido en el devenir social y que han dejado huellas auténticas debido a la influencia que ejercieron en sus momentos. Hubo disidencias que cambiaron el curso de la historia, tales como la reforma protestante en el campo religioso o el desprendimiento del ala socialdemócrata dentro del marxismo, en el campo político. Ambas repercutieron con tanta fuerza que lograron configurar verdaderos cambios en el sendero de la ortodoxia del pensamiento social, político y religioso en el mundo.

El único cambio que va a producir la postura rebelde del grupito de antiguos reformistas, será visible con su salida del gobierno y con la perdida de los escandalosos sueldos que reciben, desde el mismo momento en que se declare ganadora la alianza del PRSC-PRM, ya que hay una determinación irrefragable del pueblo de sacar a los come solos del poder en las elecciones del 15 de Mayo próximo.

Se trata de desertores carentes de mensajes, sin discursos y que sus acciones se orientan exclusivamente a mantener los irritantes privilegios que vienen recibiendo con los jugosos empleos que ostentan, mientras los reformistas verdaderos carecen de los más elementales medios de subsistencia. Ninguno está motivado en el bien común, sino en el bien personal contrariando la praxis de Balaguer en toda su vida.

Solo hay que darle un vistazos a los enormes sueldos que reciben, así como a las nóminas de las distintas posiciones que desempeñado para que podamos avalar los criterios que hemos externados en este escrito.

Rafaela Alburquerque: Embajadora en Taiwán, US$3,000.00 de sueldo, más 12,000.00 de gastos de representación. (RD$675,000.00)

Marino Berigüete: Embajador en Paraguay, US$3,000.00 de sueldo fijo, más 8,300.00 de gastos de representación. (RD$508,500.00)

Víctor Reinaldo Lora Díaz: Embajador en Quito, Ecuador, US$3,000.00 de sueldo y 2,826.00 en gastos de representación (RD$262,170.00)

Virgilio Augusto Álvarez Bonilla: Embajador de la Comisión Mixta Bilateral República Dominicana, US$5,000.00 (RD$225,000.00)

Héctor De Marchena González: Consejero de la Embajada Dominicana en el Reino de los Países Bajos, con un salario de US$1,600.00 y 3,200.00 de gastos de representación. (RD$216,000.00)

Jorge Dargam: Ministro Consejero Embajada Dominicana en Paraguay, con US$2,000.00 de salario y 2,000.00 en gasto de representación. (RD$180,000.00)

 Florentino Carvajal Suero: Embajador Misión Permanente ante la ONU, New York, gana US$3,000.00. (RD$135,000.00)

 César Dargam: Viceministro de Relaciones Exteriores, RD$200,000.00.

Marino Collante: Director Ejecutivo Departamento Aeroportuario, con un sueldo base de RD$300,000.00, más gastos de representación

Modesto Guzmán: Director general de Inposdom, gana RD$270,000.00.

Alexandra Izquierdo: Directora general Pro Industria, con sueldo de RD$244,848.00.

Johnny Jones: Secretario general de la Liga Municipal Dominicana, se embolsillan RD$200.000,00.

El total de lo que se llevan a sus bolsillos estos funcionarios (solo 11 de los 24 que anunciaron su apoyo a Danilo Medina), es de RD$3,176,518.00 al mes; al año asciende a los RD$38,082,216.00. Y eso lo pagamos todos los dominicanos con los impuestos que pagamos y los reformistas no se benefician para nada, al contrario, ellos son los culpables de que el PLD casi se traga al PRSC..