SANTO DOMINGO. En su primera misa Crismal, el arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria Acosta, elevó plegarias por las familias que no viven en paz por la inseguridad, la insalubridad y falta de alimentación.
«Ante todas esas realidades, nosotros, ungidos por el Espíritu de Dios, no podemos permanecer indiferentes, porque Jesús quiere realizar su misión a través de nosotros», manifestó.
Consideró que el pueblo espera de la Iglesia, una palabra de aliento, de esperanza y de vida.
SANTO DOMINGO. En su primera misa Crismal, el arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria Acosta, elevó plegarias por las familias que no viven en paz por la inseguridad, la insalubridad y falta de alimentación.
«Ante todas esas realidades, nosotros, ungidos por el Espíritu de Dios, no podemos permanecer indiferentes, porque Jesús quiere realizar su misión a través de nosotros», manifestó.
Consideró que el pueblo espera de la Iglesia, una palabra de aliento, de esperanza y de vida.
En la homilía de la Misa Crismal, monseñor Ozoria Acosta, pidió al Señor que crezca la unidad entre los sacerdotes y diácono, con quienes está llamando a vivir la fraternidad sacerdotal.
Además clamó por la vocación sacerdotal para que siga llamando y encuentre jóvenes generosos que quieran ser pastores.
El arzobispo renovó los votos sacerdotales de 274 padres, a quienes recordó el sentido de la unidad y que están llamados a ser una familia.
Durante la eucaristía fueron bendecidos los óleos que se usarán para los sacramentos y la consagración del santo Crisma. Con el Crisma consagrado por el arzobispo se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados, entre otros.
En la misa se elevaron plegarias, así como cánticos a cargo del coro de la parroquia San Vicente de Paul.
Asistieron congregaciones de diferentes sectores del Gran Santo Domingo.