Por:Edgar R. Castillo

 

Dentro de los cambios y transformaciones en nuestro partido precedidos al ascenso del Ing. Antún a la presidencia, emergen los frentes de la juventud y la mujer como nuevos pilares fundacionales de la organización. Importantizar ambos sectores trae consigo la reinvención del esquema partidario, contemporizándolo a una nueva sociedad dominicana que clama por mayor participación en los temas nacionales.

Por:Edgar R. Castillo

 

Dentro de los cambios y transformaciones en nuestro partido precedidos al ascenso del Ing. Antún a la presidencia, emergen los frentes de la juventud y la mujer como nuevos pilares fundacionales de la organización. Importantizar ambos sectores trae consigo la reinvención del esquema partidario, contemporizándolo a una nueva sociedad dominicana que clama por mayor participación en los temas nacionales.

 

Las garantías que podamos brindar a nuestros compatriotas, a los nuevos y a los actuales, es parte vital en la continua renovación y re estructuración en que nos encontramos inmersos. Contamos con el interés y la voluntad de muchos jóvenes y mujeres capacitados, listos para para lanzarse al difícil ruedo político tomados de la mano de quienes se sientan identificados y representados. He aquí lo trascendental de los procesos electivos internos venideros. 

 

Los y las que asuman el mando en los frentes principales del partido reformista, deben ser totalmente conscientes del peso de la responsabilidad que recae sobre sus hombros.‎ El proceso no es solamente el llenado y recolección de sub-directorios para votar y luego olvidarnos de las comunidades. El proceso radica en la calidad en la captación de los nuevos adeptos, ya que la constancia del trabajo la garantiza la calidad de quienes lo conforman, y no una cifra que podamos empadronar de manera indiferente.

 

Los expectantes ojos de la sociedad se encuentran observando sigilosamente nuestros pasos. Tenemos el compromiso de servir de voz del sentimiento y necesidades de nuestro pueblo ante quienes inciden en la realidad nacional.‎ La obra del doctor Balaguer fue esa, llevar siempre en el corazón su pueblo y en el nuestro mayor legado. Un hombre que realizó las grandes transformaciones y que nunca habían sido más necesarias que hoy en esta nueva República Dominicana en que vivimos.

 

La juventud y la mujer fortalecidos, cohesionados con todos los órganos del partido y obrando al unísono, establecen una fórmula imbatible. ‎ Nuestras puertas y nuestros espacios se encuentran abiertos, con trabajo y dedicación tomémoslos. Confío en que contaremos con el reconocimiento y el respaldo de nuestra alta dirigencia y de nuestro presidente, de quien tomo prestado su lema pasado y aplico en nosotros: con el Partido Reformista y con Quique, «el que siembra cosecha».