Por Sergio Acevedo.

El Manifiesto del Cibao, proclama leída ayer tras la culminación de la impresionante demostración organizada por el denominado Movimiento Marcha Verde, en la ciudad de Santiago, coincide planamente con la plataforma política y social que dieron origen al Partido Reformista Social Cristiano, y que constituyeron los fundamentos doctrinario de la praxis política desarrollada por Balaguer en sus diversos gobiernos, hoy reivindicada por Quique Antún mediante el nuevo diseño de partido hoy en marcha.

Por Sergio Acevedo.

El Manifiesto del Cibao, proclama leída ayer tras la culminación de la impresionante demostración organizada por el denominado Movimiento Marcha Verde, en la ciudad de Santiago, coincide planamente con la plataforma política y social que dieron origen al Partido Reformista Social Cristiano, y que constituyeron los fundamentos doctrinario de la praxis política desarrollada por Balaguer en sus diversos gobiernos, hoy reivindicada por Quique Antún mediante el nuevo diseño de partido hoy en marcha.

Balaguer, al igual que Quique, fundamentó su accionar político y su dinámica de Estado, en una concepción de factura cristiana, pero inspirada en el bienestar de la gente y la promoción del desarrollo humano, con el fin de evitar el deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos, especialmente, aquellos sectores vulnerables cuyo acceso a los bienes de la salud, la educación, cultura etc, han estado restringidos, configurando, d ese modo, una situación de marginalidad endémica.

La política social y económica de Balaguer y consecuentemente postulada por Quique en el accionar de toda su vida, fueron motores de altos cilindrajes que encendieron la marcha hacia un estado de combate a la pobreza mediante la creación de empleos, incremento de la producción, acceso a la educación y la salud, así como la implementación del más vasto programa de construcción de la infraestructura necesaria para el desarrollo.

Balaguer controló de manera efectiva la gestión pública y mantuvo una fiscalización del gasto como una manera de garantizar la austeridad y evitar el dispendio de recursos, al tiempo de que condujo un gobierno plural y diverso en cuanto, a pesar de que el PRSC era el partido de gobierno, el poder estuvo compartido con otras entidades políticas y personalidades independientes, lo que constituyó una medida sabia y atinada en beneficio de la gobernabilidad.

El actual presidente de la República, Danilo Medina, es una muestra de esa política auspiciosa desarrollada por el líder histórico, ya que Balaguer lo puso a presidir la Cámara de Diputados en un momento en que el PLD apenas contaba con unos siete diputados. Lo mismo sucedió con el comandante Norge Botello, y el doctor Monchy Fadul.

Balaguer fue un patriota inmaculado, un hombre de Estado que amó el poder, convencido de que sólo desde esa instancia se podían hacer los cambios que aspiraba y que en una buena medida puso en práctica. No era un hombre amante de la riqueza, ni del boato, su vida discurrió siempre en una austeridad plena, su vida y su pasión estuvieron signadas por el trabajo creador en favor de su pueblo.

No había manera de colusión para defraudar el Estado, las complicidades no eran factibles, porque el líder manejó los ingresos públicos con un celo apostólico e hizo de tripa corazón para proveer el financiamiento de las grandes obras de desarrollo que sembró en todo el país

Si Balaguer viviera en esta etapa política del país, estoy seguro de que estuviera respaldando las demandas enarboladas por el Movimiento Marcha Verde, porque las mismas se inscriben justamente en el fundamento esencial de los fundamentos doctrinarios del PRSC, expresados en su declaración de principios e implementados a lo largo de la historia en el trayecto de toda su gestión.

Quique Antún tiene ante sí un enorme reto, no sólo está construyendo un gran partido, sino también que está en la obligación de que el mismo conserve ese sello distintivo que le imprimió Balaguer de ser el partido de las grandes realizaciones, de la revolución sin sangre, del humanismo cristiano que aboga por una sociedad comunitarita, en el cual el hombre sea el centro del bienestar conforme a su necesidad y capacidad.

No podemos perder de vista que es el PRSC el partido que mejor está situado actualmente en el país para desplazar al grupo mandante, no me refiero a que sea el más fuerte, sino el de mayor potencia futura, el que cuenta con una obra que es orgullo de los dominicanos, el menos sectario, y el único en que el país puede confiar debido a su composición socialmente diversas, y a  confianza que inspira porque es el único partido que no va a improvisar, que sabe lo que va a hacer desde el poder, que no es otra cosa que la continuación del modelo reformista de Balaguer, esta vez reestructurado y fortalecido por la tecnología y el conocimiento del presente.

Afirmo que el PRSC puede convertirse en la opción más eficaz para encabezar en el 2020, un frente de organizaciones políticas y de núcleos sociales impactantes, con la fuerza suficiente para transformar y dignificar la vida de los ciudadanos, en un compromiso de nación que nos permita erradicar la pobreza extrema en el corto plazo.