Por: Joeslina Javier

Fue un día de unidad en la familia reformista, y en presencia de más de dos mil seguidores de diferentes partes del país; con una oración, y poniendo en manos de Dios el acto, se dio inicio a la Asamblea Nacional Ordinaria del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

Por: Joeslina Javier

Fue un día de unidad en la familia reformista, y en presencia de más de dos mil seguidores de diferentes partes del país; con una oración, y poniendo en manos de Dios el acto, se dio inicio a la Asamblea Nacional Ordinaria del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

Mientras escuchaba el abrasador discurso del candidato a la Presidencia por el Partido Reformista, Federico Antún Batlle (Quique), percibía sin dudas, a un hombre, hablándole a su gente con todo el corazón y verdad. Allí no habló un dirigente político, un candidato más a la presidencia, no habló alguien que solo quiere el poder; habló un hombre que, con su sencillez y firmeza, devuelve la esperanza a este pueblo. Emanaba entre los presentes la convicción de que no nos hemos equivocado al elegir a Quique como el hombre que nos hará recuperar la patria que nos robaron.

Entre aplausos, hombres, mujeres y jóvenes, dijo asumir el “reto de representar dignamente al reformismo balaguerista”; cito también: “Agradezco infinitamente a Dios, a mi familia y a todos ustedes, la confianza que en este momento histórico han depositado en mí”, al tiempo que nuestra bandera nacional y la bandera colorá eran alzadas con júbilo.

Durante la Convención Nacional, se observó que el reformismo se levanta; con la escogencia de catorce senadores de diferentes provincias del país, candidatos a diputados, alcaldes y dirigentes municipales, demostramos firmemente que somos independientes, y buscamos reformar nuestra patria.

Cito con orgullo estas palabras dichas por Quique, las cuales serán llevadas a cabo: «Dios y el pueblo, serán nuestros guías. A ellos nos debemos y solo ellos, óiganlo bien, solo ellos, podrán detener esta marcha que iniciamos hoy. Reconstruir los sueños de Duarte, de una patria libre y soberana, exige la voluntad y el esfuerzo de todos. Es tiempo de recuperar los sueños perdidos porque ¡Los reformistas sabemos gobernar mejor!»