Por Sergio Acevedo.

Los grandes líderes nacen y se crecen,  en medio del torbellino de las tormentas, Quique Antùn está forjando un liderazgo que trasciende las fronteras del PRSC, porque no solamente está identificados con los anhelos reformistas en esta etapa política, sino que es un intérprete portentoso  de las demandas de un país secuestrado por las apetencias desmesuradas de un partido de gobierno de vocación claramente autoritaria, que utiliza todos los recursos y mecanismos del poder para acentuar su predominio, violentando miserablemente los dispositivos de la democracia.

Por Sergio Acevedo.

Los grandes líderes nacen y se crecen,  en medio del torbellino de las tormentas, Quique Antùn está forjando un liderazgo que trasciende las fronteras del PRSC, porque no solamente está identificados con los anhelos reformistas en esta etapa política, sino que es un intérprete portentoso  de las demandas de un país secuestrado por las apetencias desmesuradas de un partido de gobierno de vocación claramente autoritaria, que utiliza todos los recursos y mecanismos del poder para acentuar su predominio, violentando miserablemente los dispositivos de la democracia.

Nuestro líder emergente, Quique Antùn, es un nuevo paradigma en el momento político que vive la República, y se proyecta como el prototipo dominante en virtud de las cualidades y dignidades que adornan su personalidad, así como la reciedumbre de su  talento cómo conductor y estratega.

Consciente de su peso como líder máximo de un partido de la potencia del PRSC, heredero legítimo del legado del líder más completo y de mayor estatura que ha tenido la República, Antùn no va a ser el sepulturero de una agrupación que, como la nuestra, está proyectada hacia el porvenir.

En la actual coyuntura electoral, lo verdadero y real es que Quique Antùn mantiene impertérrita su candidatura a la presidencia de la República. Como político ducho y experimentado, no está cerrado hacia el diálogo y la concertación con otros agrupamientos, manteniendo en alto el orgullo de los reformistas y las necesidades intrínsecas del país. No va a sucumbir, ni ante presiones, ni mucho menos al chantaje de los que se creen dueños del país y que tienen la falsa imagen de que los reformistas somos unos come cheques, capaces de todo por mantener una canonjía. Quique Antùn ha restaurado el respeto en las filas de nuestra organización y ha rescatado la dignidad del PRSC.

El partido de gobierno es una organización minoritaria en nuestro esquema político, ha ejercido un mandato alegre del poder de casi 16 años, ha utilizado su predominio para enriquecer exclusivamente a sus líderes, especialmente a los que integran el club de millonarios aposentados en el Comité Político, de los cuales conocemos sus orígenes humildes, ya que compartimos con casi todos ellos, sino en la UASD, en el Congreso, lugares donde casi todos recibían sus medios de sustento.

Las fortunas que sin rubor exhiben  los altos dirigentes del partido de gobierno ha sido erigida en base a mecanismos de corrupción elaborados y pensados inteligentemente para defraudar al Estado y para evitar que sobre ellos recaiga consecuencia alguna por sus depredaciones.

No existe una sola institución nacional que no haya sido maleada y envilecida, como consecuencia del ejemplo pecaminoso que se transmite desde las alturas en todo el tejido de la sociedad, lo que remite una señal de inmoralidad que es, a su vez, es causa principal del Estado de violencia e inseguridad en que se hunde la República.

Un panorama tan sórdido como el que se vive en el presente, no remite a un partido serio como el nuestro, a concertar acuerdos con fines puramente electoralistas y en función de un repartimiento mezquino de las bondades públicas. Eso no lo va a hacer nunca un líder como Quique Antùn, porque no se trata de un hombre que está en la política para satisfacer apetitos personales,  sino de un dirigente sabio, experimentado, consciente de su dimensión histórica y la de su partido, un político sensible que tiene en primer plano los intereses del país y del partido en cada una de sus acciones.

Quique está estudiando todas las propuestas presentadas y, en su momento, va a convocar a los organismos dirigenciales del PRSC quienes tomaran la decisión que más convenga a la república desde el punto de vista de la solución a los males que la aquejan, pero también, que favorezcan a los reformistas, a esos jóvenes y mujeres que en la actualidad están luchando por hacer un nuevo reformismo conforme a los sueños de Balaguer.

Apoyemos a Quique sin reservas, él es un capitán que está conduciendo admirablemente el barco y que nos conducirá al puerto de la victoria de manera segura y sin  contratiempo.