Por Sergio Acevedo.

En momentos en que el liderato político pierde cada vez más su credibilidad ante el pueblo, el ingeniero Quique Antún reafirma su calidad de líder consecuente y fiel a sus compromisos ante el país y ante esa militancia reformista preterida y olvidada, presentando su renuncia del importante cargo de gerente del Banco Nacional de Fomento de la Vivienda y la Producción (BNVF), para dedicarse a tiempo completo al trabajo político desde la dirección del PRSC.

Por Sergio Acevedo.

En momentos en que el liderato político pierde cada vez más su credibilidad ante el pueblo, el ingeniero Quique Antún reafirma su calidad de líder consecuente y fiel a sus compromisos ante el país y ante esa militancia reformista preterida y olvidada, presentando su renuncia del importante cargo de gerente del Banco Nacional de Fomento de la Vivienda y la Producción (BNVF), para dedicarse a tiempo completo al trabajo político desde la dirección del PRSC.

La renuncia de dicho banco fue un compromiso solemne contraído por el líder reformista ante ese inmenso caudal de ciudadanos dominicanos, entre ellos, muchos de origen reformista, que veían con escepticismo el reiterado anuncio formulado por los principales dirigentes de la agrupación, en el sentido de que el PRSC se preparaba para concurrir de manera independiente y con candidaturas propias a la contienda electoral del 2016,  en la cual se van a seleccionar más de 4 mil posiciones electivas, de las cuales se aspira a lograr una cuota importante de representación ante los poderes públicos.

Quique Antún prometió renunciar y cumplió con su promesa, y esta decisión adquiere una importancia formidable en estos momentos, ya que el PRSC se prepara para la celebración de su Asamblea, el próximo domingo 22 de los corrientes, en la cual será proclamado unánimemente como candidato a la Presidencia de la República.

Dicha Asamblea será una fiesta de la democracia, un baluarte de civismo y una reafirmación libre del liderato indiscutible de este dirigente singular, nacido y criado políticamente en las filas de nuestro partido.

El PRSC marcha lleno de entusiasmo y asido a las directrices de su líder, con la fe puesta en Dios, y con la esperanza de que bajo la égida del liderato de Quique Antún, podamos recorrer el camino que nos conducirá hacia la victoria, la autopista que marcará nuestro retorno al poder, para reeditar la gloria de ese reformismo humanista y cristiano que nos legó nuestro líder histórico, el presidente Balaguer.

Quique Antún es nuestra carta de triunfo; con él, recorreremos la ruta hacia el éxito, confiados en sus inmarcesibles dotes de líder y en su inconmensurable experiencia de hombre de Estado.

Es, en definitivas, un candidato prolifero en las virtudes, con un apreciable don de mando y una sensibilidad ingente que lo cualifican y lo sitúan en la vorágine de la competencia con muy buenos augurios, porque se trata de un candidato cuyo perfil conecta con las más sentidas demandas del país, en estos momentos cruciales, en los cuales está en juego hasta nuestra propia identidad de pueblo independiente.

Quique Antún estará a tiempo completo trabajando desde el partido y promoviendo su candidatura hacia todos los confines de la República. Su campaña habrá de ser un diálogo permanente con los electores, con sus figuras más relucientes, con los nudos de públicos y los graneros de votos, porque hay que salvar el país.

No podemos retroceder hacia ese pasado incierto que degradó nuestra vida como nación, que nos ha llenado de inseguridad, que ha empeñado nuestras finanzas y ha favorecido a los sectores más copetudos de la pirámide social, mientras mantiene en la más deplorable indefensión y la más patética miseria a las amplias mayorías ciudadanas.

Por eso, Quique prometió y cumplió su promesa, porque se trata de un hombre de palabra, de un ser digno, que es político y es humano, por lo que su acción está orientada hacia el ideal de cambiar las cosas, de modificar el panorama de opresión social y económica que nos hunde. Tenemos el instrumento humano por excelencia para modificar el cuadro y el partido adecuado, un PRSC unido y renovado que marcha en los brazos de su líder hacia la conquista del presente y para sembrar el porvenir. Por eso, Quique prometió y cumplió.