Por Sergio Acevedo.

La mayor riqueza que puede tener un partido político, está constituida en su gente, ese conglomerado de hombres y mujeres militantes y simpatizantes que se adhieren activamente a la política partidaria, que son compromisarios de sus valores y principios, cuyas herramientas les sirven de acicates para intervenir en la dinámica social en busca de aceptación y predominio para promover cambios estructurales en aras de la conquista del bien común.

Por Sergio Acevedo.

La mayor riqueza que puede tener un partido político, está constituida en su gente, ese conglomerado de hombres y mujeres militantes y simpatizantes que se adhieren activamente a la política partidaria, que son compromisarios de sus valores y principios, cuyas herramientas les sirven de acicates para intervenir en la dinámica social en busca de aceptación y predominio para promover cambios estructurales en aras de la conquista del bien común.

La alta dirigencia es un elemento clave para la conducción de la entidad, puesto que es ella la que traza los procesos y señala la línea de acción en toda la trayectoria de la organización, con el objetivo de que en la faena no se produzcan desviaciones que pongan en peligro las metas estratégicas.

La legitimidad de la alta dirección viene dada, esencialmente, cuando la misma se hace intérprete genuina de los anhelos del grupo, esa combinación de identidad se manifiesta en una dinámica que marca el camino para que el partido transite unido en una misma ruta, con movimientos tácticos eficientes que contribuyan verdaderamente hacia el logro de las metas.

Nuestro PRSC, un partido de añejas tradiciones y vertebrado en base a una visión progresista de la historia y de la sociedad, está en estos momentos hirviendo de entusiasmo, unificado en torno a su líder máximo, Quique Antùn y los altos organismos de dirección señalados por los estatutos, con miras a su participación independiente en los comicios electorales que habrán de celebrarse en mayo del 2016.

Nuestro candidato y líder ha logrado conformar un esquema de candidaturas en los diferentes niveles de elección, que mantienen vivo al PRSC en virtud de que se trata de candidaturas que en la actualidad están punteras en varias demarcaciones y otras que están compitiendo auspiciosamente con los otros partidos y, de manera especial, con los aspirantes del PLD.

Lo que se observa en el PRSC es un estado febril de entusiasmo, de verdadero frenesí en todos los estamentos de la organización, gracias a la táctica empleada por Quique de darle participación activa a la juventud y a la mujer dominicana en la representación de la entidad.

Quique Antùn, quien ha demostrado de manera fidedigna   e irrefutable, su inmensa capacidad en la gerencia de la política, su talento en los movimientos tácticos y su virtud en el diseño estratégico convincente, está decidido a que nuestro PRSC trille su propio camino, que es el que le depara el momento histórico y el que está patentizado para avanzar en la solución de los problemas nacionales que nos agobian desde tiempo inmemoriales.  

Nuestro partido, con Quique Antùn a la cabeza, ha estado abierto hacia la negociación con otras fuerzas políticas que demuestren afinidad con los objetivos planteados para encarar los problemas nacionales. Pero si la dinámica del proceso exige el establecimiento de acuerdos electorales, los mismos deberán llevarse a efecto dentro de un marco de respeto, equidad, equilibrio y, lo que es más importante, que los acuerdos estén inspirados en la solución de los más agobiantes problemas públicos.

Ningún acuerdo debe llevarse a cabo si el mismo no plantea solución adecuada al drama de la pobreza, a la seguridad social, a la exclusión social en que se mantienen la mayoría de los ciudadanos, al desempleo que afecta a cientos de miles de jóvenes profesionales.

Quique va a demandar en la mesa, en caso de que haya negociaciones, una reorientación del gasto público de manera que este ponga un mayor énfasis en las inversiones reproductivas que son las que generan empleos y permiten el gasto social. Ningún acuerdo puede ser provechoso si el mismo no contempla la solución del problema eléctrico. Se precisa la ampliación de la matriz energética, reducir los costos de producción, eliminar los contratos onerosos y abusivos para que la tarifa se reduzca en beneficio de los hogares y las empresas.

Los reformistas tenemos un garante de nuestro progreso como país y como partido, Quique Antùn nos encamina hacia el logro de las metas, por eso es que tenemos que apoyar a Quique, porque el líder es la solución que habrá de abarcarnos y convocarnos al progreso como nación. Lo que diga Quique, eso es lo que va.