Por Sergio Acevedo.

La llegada del ingeniero Antùn a la presidencia del PRSC, ha sido un factor vitalizante para nuestra organización política, en virtud de la dinámica que el gran estratega le ha impreso a la institución, hasta el punto de que es notorio su crecimiento y su posicionamiento en el ámbito electoral del país, a pesar de los incesantes aprestos de nuestros contrarios en reducirnos en las de por sí desacreditas encuestas que ellos patrocinan.

Por Sergio Acevedo.

La llegada del ingeniero Antùn a la presidencia del PRSC, ha sido un factor vitalizante para nuestra organización política, en virtud de la dinámica que el gran estratega le ha impreso a la institución, hasta el punto de que es notorio su crecimiento y su posicionamiento en el ámbito electoral del país, a pesar de los incesantes aprestos de nuestros contrarios en reducirnos en las de por sí desacreditas encuestas que ellos patrocinan.

La táctica de nuestros contrarios es la de presentarnos ante el electorado en una posición enclenque, sustancialmente débil, con el fin de arrastrarnos hacia una negociación indigna en la que sean ellos quienes presenten las condiciones y los términos en que dichas negociaciones podrían llevarse a cabo.

Nuestro líder y candidato presidencial le ha salido al frente a esos aprestos deleznables, y ha reafirmado la vocación de independencia de nuestro partido, así como su compromiso de concurrir al proceso electoral con candidatos propios conforme lo han establecido los organismos diligénciales de la organización.

Quique Antùn nos restituye el orgullo y nuestra dignidad como partido, esa dignidad inconmensurable labrada y fortalecida en nuestro trajinar democrático y en la lucha por mejorar las condiciones de vida de los dominicanos, conforme a las enseñanzas de nuestro líder histórico, Joaquín Balaguer.

A pesar de que, tanto Quique, como el partido en su totalidad, están abiertos al diálogo y dispuestos a escuchar propuestas de los demás partidos con el fin de establecer acuerdos electorales, ha dejado claramente establecido que no va concertar ningún entendimiento si en el mismo no están garantizados los intereses de los reformistas y del pueblo dominicano en general.

Desde que Quique llegó a la presidencia de nuestro partido, se le puso fin a esos privilegios irritantes de un grupito de reformistas que han estado durante décadas disfrutando de posiciones públicas, a costa del sudor y el sacrificio de nuestros dirigentes que han estado luchando tesoneramente para que el partido no muera.

Si hacemos acuerdo lo haremos con altura, con respeto y, sobre todo, con justicia. Porque las posiciones públicas que se logren por medio del partido deberán caer en manos de los reformistas, especialmente de los jóvenes y las mujeres, sectores que son verdaderas locomotoras que mantienen vivo al PRSC y lo arrastran hacia la conquistas de metas superiores para beneficio de todos.

Las presiones y los ataques de los escribidores pagados no van a doblegar la voluntad de Quique, por el contrario, mantendrá su actitud impertérrita sin importar los esfuerzos que hacen los adversarios por reducirnos como organización.

Si ellos entienden que somos débiles, ¿por qué nos acosan? ¿por qué nos presionan para que adoptemos una línea que nos perjudica en los términos propuestos?.

En verdad que nuestro orgullo como partido está latente en cada reformista, cada vez nos hacemos más digno del respeto y la distinción de los ciudadanos, gracias a la actitud enérgica de Quique defendiendo nuestros colores y el legado de Balaguer.

Quienes nos presionan para negociar en condiciones desfavorables saben perfectamente que no están en un buen momento como pretenden vender. Que nuestro país está sumamente problematizado y que esa situación de desasosiego puede explotar y darles una sorpresa desagradable a los que hoy mandan. Porque la única verdad es que con nuestro posicionamiento actual y su proyección hacia el 16, no hay duda de que Quique tiene la llave del triunfo.