Por Sergio Acevedo

(El momento lo que demanda es que los reformistas nos preparemos como partido, Quique nos diseñó la estrategia a seguir y nos propuso un compendio de normas y directrices que nos van a permitir modular nuestro trabajo y vamos a ser exitosos con nuestros empeños y con la gracia de Dios).

Por Sergio Acevedo

(El momento lo que demanda es que los reformistas nos preparemos como partido, Quique nos diseñó la estrategia a seguir y nos propuso un compendio de normas y directrices que nos van a permitir modular nuestro trabajo y vamos a ser exitosos con nuestros empeños y con la gracia de Dios).

Los cuadros y dirigentes de la circunscripción 001, del Distrito Nacional, no estamos animados en la creación de un grupo para defender posiciones egoístas en materia de cargos y candidaturas de elección popular, sino que nuestro accionar está inspirado en promover una acción política que procure la inclusión de todos los reformistas en la trascendental tarea de ir creando las condiciones objetivas y subjetivas para que nuestra organización reasuma su rol de intermediario y representantes de los anhelos populares.

Históricamente nuestro partido ha estado vinculado, desde su nacimiento, a los procesos de cambios que ha vivido el país desde el fin de la dictadura de Trujillo, hasta nuestros días. Ha promovido las reformas estructurales de mayor profundidad en el ordenamiento jurídico del país, en la implementación de un modelo social que permitió la siembra de una infraestructura poderosa en materia de construcción de escuelas, centros hospitalarios, carreteras, acueductos, caminos vecinales, presas y otras que se convirtieron, además, en fuente de generación de empleos, aparte de que suplieron al país la satisfacción de necesidades básicas para el bienestar de los ciudadanos.

El elemento fundamental y de mayor trascendencia lo constituye la promulgación del Código Agrario, legislación progresista que llevó una revolución al campo con la incorporación de vastas áreas de tierra, muchas en estado ociosa, a un proceso de reforma agraria único e irrepetible en nuestros continente, puesto que el mismo sacó de la pobreza de manera real a miles de campesinos que aún conservan los predios que recibieron del presidente Balaguer, los cuales constituyen la base de más del 80% de la producción agrícola en el país-

Balaguer, con su reforma agraria, le insufló sustancia económica y social a los campesinos sin tierra que vivían en un estado espantoso de miseria. Y eso produjo una dinámica en el país tremenda. Se produjo un cambio en la estructura de producción y los campesinos dejaron de ser proletarios para convertirse en propietarios, conforme al pensamiento de la doctrina cristiana.

Este proceso revolucionario no puedo profundizarse aún más debido a la obstrucción de las fuerzas oposicionistas de entonces representada fundamentalmente en el PRD y en la izquierda revolucionaria, en una alianza sórdida y pueril con la oligarquía y la burguesía terrateniente, se opusieron radicalmente al programa agrario de Balaguer hasta el punto de que conspiraron contra la estabilidad del gobierno y se convirtieron en los promotores de un “golpe de estado revolucionario” capitaneado por la izquierda, mientras los pseudo sectores liberales buscaban afanosamente un “coronel que quisiera casarse con la gloria”.

En la actualidad estamos en un momento en el cual el PRSC tiene que reencontrarse con su origen de un partido democrático que patrocina un cambio social revolucionario, pero en paz y en libertad. No puede ser el refugio de oportunistas y logreros que no piensan en el país en el ejercicio de la política, sino que ven en ella la fuente para nutrirse económicamente y promover su propio bienestar. Si no cambiamos en ese aspecto no vamos a avanzar, porque el espacio nuestro será ocupado por otra fuerza de un modo irremisible, porque el país no se va a sentar a esperarnos, somos nosotros los que tenemos que llegar al pueblo con la aplicación de políticas que satisfagan las aspiraciones de cambio de la población.

Nuestro país está en un momento estelar, vivimos las aperturas de un  proceso de recomposición política que abarcará a todos los partidos, proceso que ha estado motorizado por el rechazo cada vez más creciente al partido oficial y a su política trastornadora, sustentadora de la corrupción e impunidad oficial a un nivel insostenible.

La suerte que corra el partido de gobierno en la recomposición va a abarcar a todos los sectores que han estado comprometidos con el desastre oficial, menos nuestro PRSC que, gracias a la gran visión de Quique Antùn, nos liberó de ese lastre y nos condujo a un estado de independencia que es donde reside la garantía de que vamos a crecer porque ningún otro partido va a salir más beneficiado que el nuestro, debido a que somos un partido moderado, desarrollista, con una postura ideológica centrista, ligeramente inclina hacia la izquierda, como corresponde a un partido que aspira a introducir cambios para beneficio de la sociedad.

Tenemos que fortalecer la posición de Quique Antùn porque él es el verdadero abanderado y continuador de las reformas sociales y cambios revolucionario que Balaguer no puedo terminar debido a la oposición subversiva que mantuvo bajo asedio al gobierno desde el mismo instante en que asumió el poder en 1966. Balaguer nunca tuvo un minuto de respiro, tuvo que Batallar sin descanso para que el país no callera en manos de una aventura de izquierda similar al de Cuba, ni tampoco en manos de una dictadura de derecha, encabezada por militares, tan en boga en la época.

El momento lo que demanda es que los reformistas nos preparemos como partido, Quique nos diseñó la estrategia a seguir y nos propuso un compendio de normas y directrices que nos van a permitir modular nuestro trabajo y vamos a ser exitosos con nuestros empeños y con la gracia de Dios.

Se impone que trabajemos por la unidad, la apertura, la disciplina y respeto a nuestras normas. Tenemos que abandonar nuestras posturas autoritarias por posturas solidarias, los reformistas somos hermanos, tenemos un legado y una misión impostergable: transformar las vida de los pobres en bienestar.