Por: Frank Martínez

¿Podríamos evaluar a Nuestros Pueblos sin conocer su historia?

¿Es importante el pasado?

¿Y que podemos decir del futuro? Aunque les recuerdo algunos episodios de ilustres hombres de este territorio. Puedo citar a Federico Henríquez y Carvajal, que dijo: “Oh América infeliz que solo te acuerdas de tus grandes hijos cuando son tus grandes muertos”. Con sentido crítico el gran libertador de América, Simón Bolívar expresó: “Quién sabe si ¡Aré en el mar y  sembré en el desierto!”

Por: Frank Martínez

¿Podríamos evaluar a Nuestros Pueblos sin conocer su historia?

¿Es importante el pasado?

¿Y que podemos decir del futuro? Aunque les recuerdo algunos episodios de ilustres hombres de este territorio. Puedo citar a Federico Henríquez y Carvajal, que dijo: “Oh América infeliz que solo te acuerdas de tus grandes hijos cuando son tus grandes muertos”. Con sentido crítico el gran libertador de América, Simón Bolívar expresó: “Quién sabe si ¡Aré en el mar y  sembré en el desierto!”

José Martí escribió un ensayo titulado Nuestra América en el que plantea, “El vino, de plátano; si sale agrio ¡es nuestro vino!”, que describe la visión de cómo garantizar un camino efectivo para el desempeño de nuestros pueblos.

Más profundo el pensamiento de Alexis de Tocqueville cuando escribió su libro “La Democracia en América” y todo lo aprendido en EE.UU. para aplicarlo en el continente.

El 6 de enero de 1941, el presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt pronuncio sobre el Estado de Unión una de las piezas de mayor importancia para la humanidad, conocida como el “Discurso de las Cuatro Libertades (Four Freedoms Speech)” en el que señalaba:

1-Libertad de expresión;

2-Libertad de cultos o creencias;

3-Libertad de vivir sin penuria;

4-Libertad de vivir sin miedo.

Que luego serian recogidas en la “Declaración Universal de los Derechos del Hombre”, y la incidencia que ha tenido para un mundo mejor, partiendo de las formas que inciden en nuestras vidas.

Hemos vivido grandes epopeyas de un pasado que el tiempo transmuta. Hoy Andrés Oppenheimer ha dicho que: “Los Latinoamericanos vivimos rememorando el pasado. Anclados en lo que hemos vivido, y obviamos el presente.

Conforme a las estadísticas en los últimos 10 años la población de América Latina y el Caribe ha tenido un crecimiento inusitado, pero nuestras instituciones apenas han logrado afianzarse.

La Democracia se ha institucionalizado y algunas naciones adoptaron ideologías mixtas que se conectan con aparentes cambios en el Estado.

En la década del 90, Amartya Sen, Premio Nobel de Economía, hizo un gran aporte para el estudio de la elección social y el desarrollo humano. Mediante unas incursiones en variables como la libertad, la justicia y las capacidades; logrando demostrar que los gobiernos son evaluados por las capacidades reales de sus ciudadanos. Sus estudios fueron incorporados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

¿Qué ha pasado en América Latina y el Caribe, con el Índice de Desarrollo Humano? ¿Hemos tenido prosperidad? ¿Y con respecto a la desigualdad, exclusión-discriminación? Las respuestas tienen variables que resultan pertinentes de abordar en un análisis de la realidad Latinoamericana. 

Grandes Bolsones de miseria que apuntalan la pobreza crónica: en educación, cobertura y calidad, salud y empleo se observan números que requieren de un estudio ponderado. En el año 1950 teníamos 167 millones de habitantes. Al finalizar el siglo XX 520 millones. En la 1ra década del presente llegamos a 617 millones. Tenemos mayor densidad poblacional y no existe proporcionalidad con las demandas de nuestras poblaciones.

¿En que hemos fallado? ¿Descuidamos el pensamiento? ¿Nos atrapó el desarrollo? Nuestras familias se constituyeron sobre valores cristianos, pero el consumismo y el materialismo dirigen sus dardos, golpeando su integridad.

Nuestros pueblos han vivido el impacto de la avaricia del colonizador,  la revolución industrial, 2 guerras mundiales, dictaduras, la guerra fría, la caída de bloques ideológicos, migraciones, los avances tecnológicos; pero nunca hemos avanzado en patentes de invención. Lo que significa limitante en la calidad educativa. Los exámenes Pisa y las pruebas Greg nos retratan de cuerpo entero.  Esto indica que, América Latina y el Caribe no dispone de manera suficiente de los 3 indicadores señalados por Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008:

1-Naciones ricas en recursos;

2-Talento;

3-Conocimiento.

Nuestros jóvenes buscan estudiar en las mejores universidades de Estados Unidos, conllevando a  profundizar la fuga de cerebros; a pesar de que la tendencia moderna es promover la circulación de cerebros. Es decir prepararse en esas universidades y volver a sus respectivos países.

Grandes retos dificultan los avances en las sociedades latinoamericanas. Podríamos diagnosticar que la ausencia de Estado es notoria y hace de la desigualdad un factor que crea muros infranqueables para un amplio espectro de personas.

De los informes del Programa las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), podemos extraer suficiente contenido que implica un desafío constante para elaborar e implementar políticas que disminuyan las pésimas condiciones en que viven millones de seres humanos de esta región.

Resulta atractivo reconocer que América Latina y el Caribe durante décadas ha logrado altos niveles de crecimiento económico. Modalidad que hace saludable las economías de algunas naciones, pero no se traduce en mejoría de las condiciones de vida.

El observatorio y monitoreo de organismos nacionales e internacionales identifica sobre el dilema e inconsistencia del crecimiento y las fallas para desarrollar las capacidades humanas, creando sociedades cohesionadas e igualitarias.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), a través de su Directora Ejecutiva, Alicia de Bárcena, presentó en el año 2010 el informe: “La Hora de la Igualdad. Cerrar brechas y abrir puertas”; documento que analiza un tema crucial para el Desarrollo Humano. Retrato de la débil vinculación entre un crecimiento de números, transacciones financieras, ruptura con los modelos de vida y las carencias materiales.

Es innegable que un estudio sobre la igualdad nos hace pensar que América Latina y el Caribe es la región donde más crece la economía, pero es la campeona en desigualdad. Vivir con dignidad es una condición esencial para el ser humano.

La falla distributiva eleva la exclusión, discriminación y la vulnerabilidad. Por ende América Latina y el Caribe rompe las mediciones y se demuestra en el coeficiente de Gini sobre los ingresos y la Curva de Lorenz para resaltar bajos niveles de gobernanza.

El informe OXFAM 2014 resalta el tema de la Justicia Fiscal para reducir la desigualdad en América Latina y el Caribe, un indicativo que no existe correspondencia por la baja de los ingresos, altos niveles de evasión y un gasto tributario que impiden a nuestros Estados disponer de recursos para reorientar las prioridades del gasto publico. Romper con la cultura clientelar, desterrar las urgencias y eliminar el inmediatismo. Con unas finanzas públicas que reflejan modelos inequitativos los Estados de América Latina se convierten en ineficaces y agravan el Desarrollo Humano de sus conciudadanos.

La última década cuenta con crecimiento económico y reducción de la pobreza, pero América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo.

El gran desafío de los Estados es aumentar sus ingresos. Esta semana los jefes de finanzas y Bancos Centrales del G20 reunidos en Australia han tratado el tema de la “Evasión Fiscal” y los daños que ocasiona para sus economías. Una tripleta que se presenta en nuestros países es la evasión, corrupción e impunidad y excesivas exenciones; si a esto unimos que los gobiernos prefieren un gasto para promover el liderazgo vertical entonces dichos factores se convierten en una amenaza para el desarrollo humano, conllevando desventajas para la cuestión social y la movilidad de las personas.

El Premio Nobel de Economía Joseph Stigliz, ha escrito un libro titulado: “El precio de la desigualdad”, un análisis de cómo se desenvuelve la economía en los Estados Unidos, que podemos extrapolar a la realidad de nuestra región. Se observa que gran parte de nuestras naciones, tienen problemas comunes: delincuencia, violencia, desempleo, cobertura de salud, educación, jubilación, entre otros; que lleva a que se produzcan migraciones y rupturas de familias, un ejemplo es que los jóvenes del Dream Act, fueron niños salidos del vientre de América Latina y en lo que va de año mas de 60 mil han cruzado la frontera.

Este V encuentro de líderes juveniles de la Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA), denominado: CONSTRUYENDO EL MAÑANA, coincide con dos eventos importantes:

La presentación del Informe de Desarrollo Humano 2014, con el titulo: Sostener el Progreso Humano: reducir las vulnerabilidades y construir resiliencia, que analiza los enormes retos y desafíos para nuestros pueblos y la oportunidad de que los partidos políticos elaboren una agenda para preparar y capacitar a sus ciudadanos.

El encuentro organizado por la Organización de las Naciones Unidas con la participación de 120 líderes, debatiendo sobre los efectos del cambio climático.

Como detalle que nos debe llamar a reflexión es el pronostico de la CEPAL sobre estimaciones realizadas por distintos estudios que sugieren que los costos económicos del cambio climático se ubicarían entre 1.5% y 5% del PIB anual regional.

Como podrán observar el Desarrollo Humano tiene grandes retos, internos y externos. Nos toca como generación trabajar en el diseño de propuestas para lograr mejores condiciones de vida de aquellos que han decidido construir un contrato social con los pueblos de América Latina y el Caribe.