Si no fuese por las serias consecuencias que para la democracia dominicana tienen este tipo de acciones, pudiésemos calificarlas de risibles.

Pero no puede movernos a risa, cuando todo el esfuerzo de muchos hombres y mujeres queda relegado por la voluntad de sólo unos cuantos que, actuando desde la sombra, usan a personas que se sorprenden “en su buena fe” o en su “ingenuidad”.

Existe una trama contra la institucionalidad del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), contra su presidente el Ing. Quique Antún, contra los dirigentes que han llegado en base a su esfuerzo y permanencia en las filas coloradas a puestos de dirección.

Si no fuese por las serias consecuencias que para la democracia dominicana tienen este tipo de acciones, pudiésemos calificarlas de risibles.

Pero no puede movernos a risa, cuando todo el esfuerzo de muchos hombres y mujeres queda relegado por la voluntad de sólo unos cuantos que, actuando desde la sombra, usan a personas que se sorprenden “en su buena fe” o en su “ingenuidad”.

Existe una trama contra la institucionalidad del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), contra su presidente el Ing. Quique Antún, contra los dirigentes que han llegado en base a su esfuerzo y permanencia en las filas coloradas a puestos de dirección.

La trama es para descalificar y tirar por tierra algo que el poder omnímodo no perdona: el desempeño electoral que contra todo pronóstico pesaroso, terminó dando la razón de una alianza satanizada por disidentes y soterradamente saboteada por algunos que se quedaron “supuestamente dentro” del Partido.

Según los estatutos del PRSC tanto el del 28 de junio de 2009 como el del 8 de diciembre de 2013, como el actual, contemplan atribuciones como las que se está atribuyendo el grupo que desde un pequeño cuarto de hotel el 4 de diciembre pasado viene arguyendo sinrazones en los medios.

Resulta que no ha pasado de ser un “encuentro de amigos”, pero de amigos recientes porque si vemos a quienes integran la pequeña cabeza visible se trata de gente que ha estado en el PRD, en el PLD, en otras fuerzas y algunos hasta en sus casas o empresas. Es decir que no tienen cómo haber compartido en espacio y tiempo intereses políticos.

Una razón que confirma la existencia de entes agrupadores que no salen a escena, al menos todavía.
Lo legal de esas acciones se puede constatar en un error sencillo, claro, evidente. Insostenible en ningún tribunal: ningún órgano inferior puede suspender a uno superior en un Partido. Además de que recientemente el Tribunal Superior Electoral (TSE) ha decidido en ese mismo sentido proporcionando sentencias de principio, nos preguntamos si esos compatriotas no fueron orientados sobre la base legal de sus supuestas pretensiones.

Un caso difícil de creer: que no apareciera quien evitara la vergüenza de un fallo que destronara las “ilusiones”, que nadie orientara de las consecuencias para sus carreras políticas e incluso la imagen pública de esos actores.

No existe una trama sin base legal que es la que interesa sostenerse en el tiempo: gastar tiempo. Que llegue febrero y poder pescar en río revuelto. Que se arme tanto malestar que alguna bocina pagada llame a nombres que nadie recuerda dentro del reformismo.

Es muy evidente la trama. La base legal infecunda no mueve a engaños. Ellos también ignoran que “La ley es último resultado de la sabiduría humana que opera sobre la humana experiencia en beneficio del público”, como hace mucho tiempo dijera Ben Jonson.

 

Por Carlos Rojas