JOAQUÍN BALAGUER, EL GOBERNANTE A 23 AÑOS DE SU FALLECIMIENTO

JOAQUÍN BALAGUER, EL GOBERNANTE A 23 AÑOS DE SU FALLECIMIENTO

Por Bienvenido Ruiz

Muchos vivimos, y los más jóvenes leen la historia del presidente Balaguer como el gran constructor de la República Dominicana. Se haría interminable enumerar y hacer una lista de las obras realizadas durante su largo tiempo de mandatoavenidaspresasgrandes parquescatedraleszoológicospuentesapartamentos para clases sociales bajas y medias, teleféricos, y un largo etcétera.

Plaza de la SaludPlaza de la Culturacomplejos turísticos y más. Resaltado por las obras materiales, debe serlo aún más por ser un celoso guardián de los fondos públicos, con un control absoluto del movimiento económico presupuestario de la nación.

A la juventud dominicana debe enseñársele que existen valores fuera de lo material y lo cuantitativo, que el Dr. Balaguer supo impregnar a su vida y a su obra de gobierno, como la transparencia, la frugalidad, la sencillez, la humildad y la grandeza en el estilo de vida.

Publicaba mensualmente, de forma detallada, en la prensa nacional, los ingresos tributarios y egresos del Estado. Pudo construir su impresionante obra de gobierno con ahorros internossin endeudar al país y sin aumentar los impuestos al pueblo.

Vivió una larga vida de servicio social, en un modesto espacio del patio de su casa, sin lujos, ni fundaciones, ni cuentas bancarias; donde acudían a buscar consejos, abrevando en su amplia sabiduría y experiencia, grandes políticos y empresarios nacionales e internacionales.

Sus cualidades de honestoausterotrabajadoreficiente administradortransparentenacionalista y revolucionario lo llevan a ser recordado como el prototipo de los presidentes dominicanosQuiso, y así procuró, construir una República Dominicana más grande cada día.

Atendió el campo y la producción nacional como ningún otro gobernante dominicano.

Su legado, más que en la materialidad de su obra, está cimentado en la espiritualidad y la conciencia patriótica de los dominicanos.

Quique Antún: “El PRSC ha sido pionero en la defensa del medioambiente en República Dominicana”

Quique Antún: “El PRSC ha sido pionero en la defensa del medioambiente en República Dominicana”

Advierte el deterioro progresivo de los recursos naturales ante la mirada pasiva de las autoridades

Santo Domingo, República Dominicana – El presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Federico Antún Batlle (Quique), aseguró este lunes que el reformismo ha sido históricamente la principal fuerza política defensora del medioambiente y del desarrollo sostenible en la República Dominicana.

Antún Batlle recordó que durante los gobiernos reformistas que encabezó el doctor Joaquín Balaguer, se implementaron políticas visionarias de protección ambiental cuando el tema aún no era parte de la agenda global, dejando un legado que aún hoy en día impacta positivamente en la conservación de los recursos naturales del país.

“El Partido Reformista fue pionero en establecer una agenda ambiental de Estado. Balaguer fue el primer presidente dominicano en hablar de bosques, ríos y cuencas hidrográficas como un asunto de seguridad nacional”, afirmó Antún.

Entre las acciones más destacadas, citó:

  • La creación de decenas de áreas protegidas, incluyendo parques nacionales como el Parque Nacional del Este, José del Carmen Ramírez, Sierra de Bahoruco, Los Haitises, entre otros.
  • El Plan Nacional de Reforestación, que logró recuperar importantes cuencas hidrográficas como la del río Nizao.
  • La construcción de presas, acueductos y sistemas de riego que ayudaron a conservar el recurso agua y a garantizar el desarrollo agrícola.
  • Una política de ordenamiento territorial que protegía las zonas montañosas y forestales del país.

“El compromiso del Partido Reformista con el medioambiente no es coyuntural, es una doctrina. Creemos firmemente que no puede haber desarrollo económico si destruimos los ecosistemas que nos sostienen”, agregó.

En ese sentido, Quique Antún hizo un llamado a fortalecer la legislación ambiental, a aplicar con firmeza las normas existentes y a educar a la ciudadanía sobre la importancia de proteger los recursos naturales.

“En lugar de estar hablando de reducción de espacios verdes, deberíamos estar hablando de ampliarlos, en lugar de cortar árboles, deberíamos estar plantando más, es muy penoso lo que está ocurriendo con nuestros recursos naturales, el país necesita volver de inmediato a una visión de Estado que coloque el medioambiente en el centro del desarrollo nacional. Esa fue, es y será la visión reformista, y la que seguiremos impulsando con más fuerza”, concluyó.

El legado de Joaquín Balaguer perdura en la sociedad dominicana, asegura Quique Antún

El legado de Joaquín Balaguer perdura en la sociedad dominicana, asegura Quique Antún

El presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Federico Antún Batlle (Quique), sostuvo este lunes que la figura del expresidente Joaquín Balaguer sigue viva en la memoria nacional y en cada rincón de la República Dominicana, al cumplirse 23 años de su fallecimiento.

Manifestó en ese sentido, que el legado histórico y ejemplos de patriotismo, entereza, honestidad y entrega de Balaguer “es y será insuperable”.

Al encabezar una ofrenda floral en la tumba del extinto líder reformista en el Cementerio Cristo Redentor, Quique Antún dijo que su legado trasciende generaciones y continúa inspirando a quienes creen en una patria grande, digna y soberana.

“Su visión de Estado se expresó con firmeza en múltiples ámbitos, como la protección del medio ambiente, la reforma agraria, el respaldo a la clase media y a los sectores más vulnerables, así como en el impulso a una infraestructura sólida —hospitales, escuelas, viviendas, carreteras— que aún hoy benefician a millones de dominicanos”, agregó.

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Joaquín Balaguer

Siguió diciendo que durante sus gestiones, el país vivió un notable crecimiento económico, sostenido por una inversión pública estratégica, ejecutada con responsabilidad y sin recurrir al endeudamiento externo.

“Esta disciplina fiscal fue reflejo de su compromiso con la estabilidad macroeconómica y la defensa de la soberanía nacional”, apuntó.

Resaltó asimismo, que las huellas de su obra permanecen en símbolos “que enaltecen nuestro orgullo patrio, como la Avenida 27 de Febrero, la Plaza de la Cultura, el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, entre tantos otros espacios que siguen siendo referentes del progreso nacional”.

Quique Antún dijo, además, que Balaguer fue también un firme defensor de la identidad dominicana, “manteniendo una política nacionalista clara ante los desafíos fronterizos”.

“Hoy, 14 de julio, más de dos décadas después de su partida, nos corresponde honrar su memoria, seguir su ejemplo y reconocer la grandeza de su vida pública. El pueblo dominicano —al igual que el Todopoderoso— conoce y valora la magnitud de su obra”, destacó.

Expresó que luego de su partida al más allá, su impronta es cada día más inmensa.

“Asimismo de grandioso, es el excelente posicionamiento y valoración de su imagen entre los dominicanos”, agregó.

En ese sentido, el líder reformista manifestó que ojalá los gobernantes de la nación dominicana “pudieran emular su ejemplo de desapego y virtudes humanas, cívicas y morales”.

Indicó que desde hace años la República Dominicana atraviesa por momentos de grandes dificultades económicas, endeudamiento sociales,  institucionales y morales, “agravadas por déficits en diferentes niveles, como fiscal, financiero y económico”.

Antún Batlle, quien estuvo acompañado de decenas de dirigentes y militantes de esa organización política, señaló, asimismo, que actualmente la soberanía nacional está seriamente amenazada “por lo que reafirmarnos en su pensamiento y ejemplo de patriotismo y entrega, es un deber de todo buen dominicano”.

El presidente del PRSC concluyó diciendo que más temprano que tarde el reformismo balaguerista recuperará su espacio en la consciencia de los buenos dominicanos para bien de la nación.

En la ofrenda floral estuvieron presentes, además de Quique Antún, Rafael Cruz (Papito), Rogelio Genao, Eddy Antonio Germán, Tácito Perdomo, Jhonny Jones, Rogelio Alfonso Genao, Fiordaliza Estévez, Vinicio Castillo, José Román, Ingrid Yeara, Mirelys Uceta, Luis René Mancebo, Linett González, Iván Tapia, Joan Fernández, Silvana Suero, José Tatis, entre otros.

El Modelo Reformista: La Oportunidad Perdida de un Sector Eléctrico Sólido y Sostenible

El Modelo Reformista: La Oportunidad Perdida de un Sector Eléctrico Sólido y Sostenible

Tras la caída de Trujillo en 1961, la República Dominicana quedó sumida en una profunda inestabilidad política, económica y social, reflejada también en el precario estado del sistema eléctrico nacional. En aquel contexto, el acceso a la electricidad era un privilegio limitado casi exclusivamente a las grandes ciudades como Santo Domingo y Santiago, mientras que el resto del país permanecía sumido en la oscuridad o dependía de sistemas eléctricos rudimentarios y aislados. La infraestructura que dejó la dictadura era obsoleta, insuficiente y dependiente casi por completo del petróleo, lo que hacía al país altamente vulnerable a las fluctuaciones del mercado internacional.

Durante ese periodo, la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) operaba sin planificación adecuada ni capacidad financiera para expandir o modernizar el sistema. Las inversiones públicas eran mínimas, las pérdidas técnicas elevadas y la calidad del servicio, deficiente, con apagones constantes y prolongados que limitaban tanto la calidad de vida de la población como las posibilidades de desarrollo económico. La situación se agravó aún más tras la Revolución de Abril de 1965 y la posterior intervención militar estadounidense, relegando el tema energético en la agenda nacional frente a la urgencia de estabilizar el país.

Frente a este panorama, durante los gobiernos del Dr. Joaquín Balaguer, el país vivió una verdadera transformación en el sector eléctrico. El gobierno reformista ejecutó una política de inversión pública sin precedentes, financiada en su mayoría con recursos estatales, orientada a diversificar la matriz energética. Así se construyeron importantes proyectos hidroeléctricos como las presas de Tavera-Bao, Valdesia, Jigüey, Aguacate, Río Blanco y Rincón, logrando reducir la dependencia del petróleo y estableciendo una capacidad instalada más limpia, estable y sostenible. Esta estrategia fue acompañada de la modernización de plantas térmicas, la expansión de la red de transmisión y el acceso a la electricidad en regiones históricamente marginadas, sentando así las bases para la industrialización nacional.

Cuando el Partido Reformista entregó el poder en 1996, el país contaba con un sistema energético estable, con una matriz diversificada entre generación hidráulica y térmica. Sin embargo, los gobiernos que le sucedieron no supieron consolidar ni desarrollar este legado. Aunque se diversificó la generación incorporando energías renovables no convencionales, la falta de inversión sostenida en la red de transmisión y distribución impidió que esos avances se tradujeran en un servicio estable y eficiente. El sistema degeneró en un modelo dependiente de subsidios crecientes y una gestión cada vez más ineficiente.

Hoy, el sistema eléctrico dominicano enfrenta una paradoja: existe capacidad de generación suficiente, pero sustentada en una matriz de costos elevada y con una infraestructura técnica deteriorada e ineficiente, sobre todo en la distribuidoras. A pesar de algunos avances en energías renovables, su desarrollo es limitado frente a lo que el país realmente necesita. Las pérdidas técnicas superan el 39% y los apagones se mantienen, mientras el subsidio estatal supera los 1,500 millones de dólares anuales, convirtiéndose en una carga fiscal insostenible.

Si el Partido Reformista Social Cristiano hubiese continuado en el poder después de 1996, la historia habría sido diferente. El PRSC habría mantenido la expansión de la capacidad instalada bajo el liderazgo estatal, promoviendo una participación privada gradual y estratégicamente regulada. El esquema de capitalización habría sido de carácter mixto, pero con un control estratégico absoluto por parte del Estado sobre los activos esenciales. El reformismo habría seguido fortaleciendo la infraestructura pública, especialmente en generación hidráulica, reduciendo la dependencia del petróleo y del gas natural importado.

Asimismo, el PRSC habría promovido desde finales de los años noventa un plan agresivo para la incorporación de energías renovables no convencionales, desarrollando parques eólicos y solares en las zonas de mayor potencial, además de impulsar el uso de biomasa. Esto habría estado acompañado por una modernización institucional temprana, creando y fortaleciendo un Ministerio de Energía y Minas que, desde entonces, hubiese liderado una política energética integral, sostenible y al servicio del desarrollo nacional.

En materia financiera, el reformismo habría sostenido una política de disciplina fiscal, evitando que el subsidio eléctrico creciera al nivel actual, e imponiendo límites claros al gasto corriente. Se habría priorizado la sostenibilidad del sistema mediante tarifas justas y mecanismos eficientes de recuperación de costos. La electrificación rural también habría sido una prioridad, siguiendo la tradición de obras públicas reformistas, integrando a muchas más comunidades rurales al sistema eléctrico nacional y reduciendo la brecha de desigualdad territorial.

El PRSC siempre ha demostrado su capacidad de adaptarse a los tiempos y anticipar los retos del desarrollo. De haberse mantenido al frente del gobierno, el país habría consolidado un sistema energético diversificado, sólido y financieramente sostenible, menos vulnerable a los vaivenes internacionales y más eficiente en su gestión interna.

En conclusión, los gobiernos reformistas demostraron que el desarrollo del sector eléctrico no es el resultado del azar, sino de una visión de Estado, una planificación responsable y una inversión pública decidida. El legado energético del reformismo no solo iluminó al país, sino que sirvió como plataforma para el progreso económico y social. Hoy, cuando el sistema eléctrico enfrenta desafíos estructurales y financieros graves, es imprescindible reflexionar sobre la gestión disciplinada, eficiente y sostenible que caracterizó al PRSC. Retomar esa visión, adaptada a los retos actuales, es quizás la única vía para rescatar el sistema eléctrico y garantizarle a las futuras generaciones un servicio estable, justo y verdaderamente soberano.

Por: José Balaguer
Miembro del Directorio Presidencial del PRSC