La Conferencia del Episcopado Dominicano ratificó este jueves su posición contra la política de género en las escuelas, en el que alertó a la población acerca de la evolución que el concepto género ha tenido en las últimas décadas, lo que conllevaría a aceptar agendas nocivas en el proceso educativo.
Los obispos manifestaron a través de un comunicado que creen en la equidad e igualdad de derechos y oportunidades entre el hombre y la mujer, pero consideran necesario la eliminar el término género de la política educativa para evitar la intromisión de la odiosa y destructiva ideología de género que estamos seguros la mayoría de la sociedad no desea.
“Como expresamos recientemente a través de un comunicado, ratificamos nuestra posición: la Orden Departamental 33-2019 carece de sustento que permita su aplicación. No podemos olvidar que en todos los países de América Latina la aplicación de una política de género, llamada así, ha abierto la puerta para la entrada de ideologías que destruyen la familia, los valores y cultura, así como, desconocen conceptos científicos que son irrefutables” expresa el comunicado.
A su vez, solicitaron que se derogue la Orden Departamental 33-2019 para poder iniciar un diálogo abierto, democrático, transparente y participativo.
Manifestaron además su apoyo a la iniciativa de laicos que se manifestaron este jueves frente a la sede de Minerd con el lema “Con mis hijos no te metas”, donde cientos de personas protestaron de forma pacífica contra al orden deparatamental.
La Iglesia siempre ha estado abierta al diálogo y a participar en los procesos que puedan contribuir al desarrollo de propuestas que construyan una sociedad más equitativa.
Expresaron que en relación al tema de la Educación la Iglesia buscará siempre que se parta de bases y premisas que reflejen una antropología basada en la justa razón.
Asimismo, exhortaron a los ciudadanos a unirse para llegar a sentar las bases de un diálogo que pueda construir un sistema que logre elevar el nivel educativo a la altura a la que la República Dominicana merece.